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No había nadie en la carretera, ni coches a la vista.
En ese momento, solo se oía el sonido del viento que soplaba en la distancia. La voz de Nora parecía haberse fundido con el viento, lo que hizo que Xander sintiera que había oído algo malo.
Miró a Nora con confusión. Dudó y preguntó: —¿Qué has dicho?
Nora miró al pequeño.
Xander había sido criado por Trueman desde que era joven. Tenía una personalidad extraña y obstinada. En este momento, todo su cuerpo sentía punzadas, como si se resistiera a todo el calor del mundo exterior.
Se volvió para mirar a Pete. Estaba a salvo y se había dormido en paz.
Nora abrazó a Pete con una mano y alcanzó a Xander con la otra que estaba cubierta de sangre.
—Vamos a conocernos. Soy tu madre.
Xander se quedó mirando la herida de su palma. Todavía le parecía que había oído mal.
—¿Madre? ¿Madrastra?