Temiendo que el Dr. Lincoln se diera cuenta de algo, Tina se puso muy nerviosa. Después de mirarla a diestro y siniestro durante un buen rato, el médico finalmente sonrió y habló: —Esta píldora que seguro que es increíble. Pero no puedo decir cómo está hecha.
Tina lo miró con dudas. Recordaba claramente que había sido el Dr. Lincoln quien había reconocido la píldora de la despreocupación en la conferencia médica. ¿Cómo es que la olvidó?
Sin embargo, ella no tenía tiempo para prestarle tanta atención. Sonrió y respondió: —Sí, esta píldora que hizo mi maestro tiene un proceso de fabricación muy completo, así que es comprensible que no puedas saber cómo está hecha.
El Dr. Lincoln asintió y no dijo nada más. Le devolvió la píldora.
Tina lanzó un enorme suspiro de alivio. Le quitó la píldora e hizo que Ian la consumiera, con lo que volvió a alargar su vida.