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20% Heredera de la Mafia / Chapter 7: 7. Regreso

章 7: 7. Regreso

POV ALEXANDRA

Para mi suerte, después de una hora había conseguido que tanto Analissa como Alison se quedasen dormidas. Desde que habíamos llegado a casa, Analissa no había hablado, pero al menos había dejado de llorar desde que le dimos el calmante. La cena había sido en silencio y podía ver que Megan estaba aguantando las ganas de seguir llorando. Me dolía ver así a mi familia, y todo por culpa de los rusos.

Cerré la puerta de la habitación de Alison y me dirigí al balcón que es donde estaba Megan. Antes de entrar ya podía escuchar que estaba llorando, por lo que no dudé en entrar, me senté a su lado y la abracé.

"Tenemos que vengarnos Ale." Dijo "Y lo haremos. Les haremos pagar por todo lo que hicieron." Si algo tenía más ganas de hacer aún, era de acabar con ellos de una puñetera vez. Megan se limpió las lágrimas y se separó de mí "¿Se lo dijiste a Alison?"

Negué, porque no tenía ni la menor idea de cómo decírselo "No sé cómo decírselo. No debió perder así a su abuelo, lo quería mucho." Dije cerrando mis ojos por unos segundos "Si quieres se lo puedo decir yo."

A pesar de que apreciaba que se lo dijese ella, sabía que esto era más complicado para Megan de lo que realmente era para mí. No por eso quería menos a mi padre, porque lo quería, solo que Megan era la que mejor relación tenía con él de alguna manera "No, no quiero que tengas que pasar por eso."

"Tú debes estar pasando por lo mismo que yo, no va a ser nada del otro mundo." Dijo "Te lo agradezco, pero no, no es necesario que lo hagas." Asintió y las dos pasamos a mirar al cielo oscuro

"¿Me vas a decir realmente como te encuentras, Ale?" preguntó, porque si algo solía hacer sobre todo yo, era no contar realmente como me sentía "Pues como una mierda. Puede ser que no siempre le llamase papá, pero lo quería más que el mío propio."

"Yo también." Dijo, le cogí la mano y empecé a pasar mi pulgar por el dorso de su mano "¿Recuerdas el día que lo llamamos papá por primera vez?" Una pequeña sonrisa apareció en su rostro, porque ese día era uno de los únicos días que pudimos ver a Francesco llorar "Recuerdo cómo se echó a llorar. Fue un gran día. "Asentí "Me gustaría que ellos fueran mis padres desde el principio."

"A mí me hubiese encantado lo mismo. Sería una manera de que fuésemos hermanas realmente." Me aparté de ella y la miré sin entender a lo que se refería "Somos hermanas." Dije "Lo sé, pero sabes lo que quiero decir." Sabía a que se refería, pero eso no implica nada, para mí, Megan era como si fuese mi hermana de sangre.

"¿Qué va a pasar con la mafia, Ale?" preguntó "Pasará a ser nuestra, no hay otra manera para conseguir más información que dirigiéndola, pero algo raro está pasando." Dije. "¿Por qué lo dices?"

Megan se apartó de mí y se sentó en frente mía para poder verme el rostro "¿Por qué no nos llamaron para decirnos que papá ha muerto?" pregunté, porque eso es lo primero que deberían haber hecho "¿Qué piensas que están haciendo?"

"No tengo ni la menor idea, sólo sé que no me da buena espina." Dije, porque tenía un mal presentimiento, y no por los rusos precisamente "¿Piensas que los rusos están detrás de todo esto?"

Negué, porque a pesar de que era demasiado probable que fuese por su culpa que Francesco estuviese muerto, el que no hubiésemos recibido noticias de los rusos quería decir algo. Si algo hacían esos dos cabrones, era regocijarse en el dolor de la gente, y sobre todo lo harían con el nuestro.

"No, teniendo en cuenta con la gente de la que estaba rodeado papá y que todos querían estar en su lugar…" Nos quedamos pensando un segundo que podía estar pasando, pero lo más probable es que quisiesen quedarse con la mafia para ellos y que nosotras no nos enterásemos, lo cual era estúpido so lo piensas bien. "¿Piensas que nos quieren quitar lo que es nuestro?" "Estoy casi segura."

El enfado estaba aumentando en las dos, porque esos cabrones habían decidido traicionar a nuestro padre para quedarse con la mafia. ¿Es que acaso no pensaban que la reclamaríamos? "No podemos permitir eso."

"Y no lo vamos hacer, necesito hacer un par de llamadas." Me levanté para ir a coger mi móvil a la mesa del café con Megan tras de mí "¿A quién si se puede saber?" dijo sin entender nada "Vamos a necesitar refuerzos y creo que puedo conocer a alguien que me puede ayudar."

Me giré para verla, y se podía ver que estaba sorprendida de lo que sea que piense que lo que vamos a hacer "¿Y no me lo vas a decir?" Una sonrisa apareció en mi rostro, porque sé que él era el único que podía ayudarme "Claro, se llama Diego y es un ex navy seal."

El entrecejo de Megan se frunció, porque sabía que era raro que yo me viese con algún hombre, pero confiaba en Diego más que nada en el mundo después de Megan. "¿De qué lo conoces? ¿Y por qué sonríes cuando hablas de él?"

"Es un gran chico y que sé que no me defraudará y me ayudará. Puede conseguir más gente para que nos ayude." Una sonrisa apareció en su rostro, y estoy completamente segura de que pensaba que había algo entre nosotros, lo cual no era posible "¿Hay algo entre vosotros?" preguntó elevando y bajando las cejas "¿Entre yo y Diego?"

Sabía que se estaba refiriendo a él, pero quería asegurarme igualmente por sea casa. Megan solo rodó los ojos, esperando mi respuesta "No hay nada entre nosotros. Es mi amigo." Dije "Pues es el primer amigo que se puede decir que tienes desde que salimos de ese asqueroso lugar."

"Pues sí, es un gran chico." Por su cara, sabía que no me creía "¿Estás coladita por ese chico?" preguntó "No, me siento cómoda con él alrededor, eso es todo. Me costó algo tiempo dejarlo acercarse."

"Como a todos, pero lo consiguió. Eso es un gran logro teniendo en cuenta que eres la inalcanzable." Ahora fue mi turno de rodar los ojos, porque eso no era tan así, que en la universidad no dejase que nadie se acercase a mí no tenía nada que ver con ser inalcanzable, pero igualmente le seguí el juego "Y lo sigo siendo querida."

"Entonces… ¿Entre tú y él no hay nada?" preguntó llena de curiosidad "Es imposible." Su ceño se volvió a fruncir y se quedó mirando para mi "¿Por qué? En la universidad te desean, no puede ser que ese chico justo no lo haga." Me reí, porque a pesar de que eso era cierto, no tenía nada que ver "Pues sí, porque es gay."

"Oh mierda, ¿en serio?" preguntó "¿Porque piensas que es mi amigo?" dije elevando una ceja. Hasta hoy, no había dejado a ningún chico acercarse a mí más de lo que Diego lo había hecho "Porque sabes que él no te hará nada."

Asentí y busqué su teléfono. Con suerte estaba en Nueva York "Eso y porque una vez golpeó a un chico que intentó propasarse conmigo. Lo mandó al hospital." Dije. Megan asubió y se sentó en el sofá "Me cae bien ese chico." Dijo con una sonrisa "A mí también, además, Alison lo adora."

Pulsé el número de Diego y pasé a mirar a mi hermana la cual parecía sorprendida por lo que acabé de decir "Espera, espera, espera, ¿Alison lo conoce?" preguntó

"Lo llama tío Diego y todo" dije sonriendo y esperando a que contestase "¿Cómo es que no lo conocí antes?" preguntó completamente sorprendida de que conociese a Alison, eso sería algo que le dejase claro que clase de hombre era Diego. "Me gusta tener la imagen de chica dura." Dije encogiéndome de hombros.

"¿Y desde cuando sois amigos?" preguntó. Sabía que Diego había pillado la curiosidad de Megan y que no dejaría de hacer preguntas hasta que quedase satisfecha "Desde hace cinco años." Sus ojos casi se salen de las cuencas de estos de lo que le sorprendió esa información "Eso prácticamente es el tiempo que llevamos aquí."

Asentí. Megan se relajó en el sofá sin apartarme la mirada en un solo momento "Espero conocerlo pronto, parece majo." "Lo es, y lo conocerás pronto, es más, voy a llamarlo."

"Me da la sensación de que tienes un sentido arácnido querida, porque siempre me llamas cuando estoy por divertirme." Dijo, dejándome claro que estaba sonriendo como un lunático "Necesito tu ayuda." Escuché como le decía algo a alguien y luego la música iba bajando de volumen, dándome a entender que estaba saliendo de donde sea que esté.

"¿Qué ha pasado?" preguntó seriamente "¿Dónde estás ahora mismo?" pregunté yendo directamente al grano "En Nueva York…" ya ni le di tiempo a terminar "Genial, te enviaré una ubicación, necesito que estés aquí cuanto antes."

"¿Pero está todo bien Ale?" preguntó, pero esta ve con preocupación y agitación presentes en su voz "Te lo contaré una vez llegues aquí." Le dije "Estaré ahí en cinco minutos, nos vemos hermosura."

Colgamos, le envié la ubicación en la que estaba ahora y me senté en el sofá pensando en toda la mierda que se nos venía encima, parece como que nuca podría tener paz, y si algo tengo más que claro, es que quiero que tanto mi hija como Megan y Analissa tengan una vida tranquila, y haré todo lo que esté en mi mano para conseguir eso, cueste lo que me cueste.

Después de un par de segundos me entra una llamada al teléfono y al verlo quedo un poco impresionada, pero no tardo en contestar, al menos espero que esa mente hueca de Adriano sirva de algo.

"Impresionada de que me llames después de todo." Dije fríamente "Señorita D'angelo, tengo que hablar con usted de algo." Podía notar que estaba alterado y hablaba más rápido de lo normal, lo cual hacía que mis sospechas de lo que había pasado realmente con mi padre sean ciertas "¿De qué? ¿De qué mi padre está muerto y que fue culpa de los rusos?" dije para ver que es lo que me iba a decir realmente "¿Cómo se enteró?" Preguntó, pero esa no era la respuesta que quería tener "Querrás decir cómo no me enteré por vosotros estúpidos."

"Señorita, déjeme contarle lo que pasa." Dijo con miedo, lo cual esperase que me fuese a contar lo que realmente estaba pasando "Tienes dos minutos." Dije "Señorita, yo quería llamarla, se lo juro, pero la gran parte de los que trabajaban para su padre querían estar en el puesto de él, y ahora que no hay nadie en ese puesto se quieren quedar con él. Y hay otra cosa que debería saber." Dijo más nervioso de lo que estaba en un principio.

"¿El qué?" pregunté, pero me hacía la idea de que era "No fueron los rusos los que lo mataron." Dijo prácticamente en un susurro "Entonces dime quién coño ha sido, Adriano, no tengo toda la noche"

"Fueron de los nuestros." Dijo haciendo que apretase el teléfono. Megan se dio cuenta de que algo me pasaba y se levantó del sofá para ponerse a mi lado. En este mismo momento estaba enfadada y quería acabar con esos gilipollas que se habían atrevido a asesinar a mi padre. "Quienes."

"Leonardo y sus compañeros, pero lograron convencer al resto del personal para que se quedasen con ellos y los ayudasen a dirigir la mafia." Dijo "¿Dónde están ahora?" pregunté empezando a armar un plan en mi cabeza para acabar con esos tipos "En su casa, se están pegando una buena fiesta."

Mi enfado no hacía nada más que aumentar. Esos tipos estaban celebrando la muerte de nuestro padre en su propia casa. No tenían ni la menor idea lo que se les venía encima, eso está claro "¿Y tú estás con ellos?" pregunté lo más tranquila que podía en este momento, lo que no era gran cosa "Yo estoy con usted señorita D'angelo. Pero tengo que disimular que estoy de su lado."

"Escúchame bien Adriano, sal de esa casa cuanto antes y vete a un hotel. Me encargaré de los gastos yo misma." Dije empezando a andar de un lado a otro "¿Cuándo volverá?" preguntó "Esta misma noche, estaremos ahí mañana. Más tarde me dices en que hotel te quedarás y nos encontramos ahí." Dije. Mi mano empezaba a temblar de lo enfadada que estaba en este momento "¿Entonces va a por la mafia?" preguntó. Podía escuchar como estaba andando hacia otro lado, imagino que marchándose de la casa "Voy a por la mafia. Ahora haz el favor de largarte de ahí sin que se den cuenta."

"Cómo ordene señorita D'angelo, pero le advierto que son fuertes y tienen a mucha gente." Dijo, y a pesar de que Adriano sabía como era, me lo dijo igualmente, lo cual era estúpido, porque si normalmente no había nada que me parase cuando me proponía algo, mucho menos cuando estaba enfadada "No te preocupes por eso, me encargaré de ellos yo misma si es necesario. Te llamaré en cuanto llegue a Italia."

"Hablamos señorita, y ande con cuidado, en este mismo momento hay mucha gente que la está buscando, a usted y a su familia." Dijo "Gracias Adriano, cuídate tú también."

Cuando cuelgo tiro la primera cosa que encuentro contra la pared, resultando que me hago un corte en la mano, pero es lo que menos me importa en este momento, lo que me importa en este momento es acabar con esos hijos de puta que se atrevieron a matar a mi padre.

"Ale, ¿Qué es lo que pasa y para que llamó el estúpido de Adriano?" preguntó Megan, poniéndose delante de mí para evitar que fuese a por otra cosa para romperla "Resulta que ese estúpido es al único que tenemos a nuestro lado en este momento." Dije intentando calmarme, lo cual era prácticamente imposible en este momento, solo quería disparar a esos tipos entre ceja y ceja, pero no sin antes torturarlos.

"¿De qué hablas?" preguntó, aunque el enfado empezaba a aumentar en ella "Hablo de que los demás decidieron adueñarse de la mafia de papá, eso es lo que pasa." Es en ese momento que la ira aumento en ella "Pero qué…"

"Eso es lo mismo que pienso yo, y no es lo peor que puede pasarnos en este mismo momento." Dije empezando a andar de nuevo de un lado a otro "¿Y qué es lo peor aparte de que papá está muerto?" preguntó, pero sé que sabía la respuesta, solo que no quería saberla "La mano derecha de papá fue el que acabó con él" dije.

Ahora iba a ser Megan la que iba a tirar algo para romperlo, pero antes de que lo hiciese, la aguanté desde atrás para evitar que lo hiciese. No necesitábamos en este momento que se hiciese daño "Yo lo mato." Dijo echa una fiera "Eso haremos querida hermana, a él y a sus lacayos, pero antes tenemos que recuperar lo que es nuestro" dije y después de unos segundos la solté "Pero ¿cómo? Porque si es cierto lo que Adriano dijo, no tenemos ninguna manera de ganarles."

Negué, porque puede ser que en caso de que fuésemos nosotras dos solas, cabía la menor posibilidad de que no pudiésemos con él, pero Diego podría conseguirnos gente en la que podíamos confiar "Tenemos una y estoy segura de que nos ayudará."

"¿Quién?" preguntó sin saber a qué me refería "Hermanita, prepárate para conocer a Diego."

En ese momento alguien peta a la puerta y por el rabillo de mi ojo veo como Alison sale de la habitación con su oso de peluche en la mano y Megan va a meterla de nuevo en cama. Saco la pistola por sea caso no es Diego, pero cuando la abro, veo a los guardaespaldas tirados en el suelo y Diego plantado delante de ellos con un arma apuntándolos.

"¿Puedo pasar hermosura?" preguntó sin apartar la mirada de ellos "Claro que puedes, vosotros dos levantaos y haced vuestro puñetero trabajo antes de que os meta una bala en el entrecejo." Una sonrisa apareció en el rostro de Diego y bajó el arma "Vaya, creo que nunca me meteré contigo, hermosura."

Rodé los ojos y me aparté para que entrase "Pasa y dejémonos de hermosuras, tenemos cosas más importantes de las que hablar." Dije "¿Está bien la niña?" preguntó preocupado "Ella sí, es otra cosa de la que tenemos que hablar, siéntate, y vosotros a trabajar."

Ambos asintieron y Diego cerró la puerta. Guardé el arma de nuevo en el pantalón. Nos dirigimos al salón y nos sentamos en el sofá, cuando se da cuenta del destrozo que hice hace rato.

"¿Hubo una tercera guerra mundial en tu salón o qué?" preguntó con una ceja elevada "No estoy para coñas Diego." Se puso serio de nuevo y se quedó mirando para mí un momento "Está bien, cuéntame para que soy bueno… bueno, antes curemos tu mano."

"Mi mano está bien." Dije, pero sabía que no me iba a hacer ni caso "Es un corte bastante profundo, asique no, lo curaremos antes. Si quieres hablamos después."

Empezó a sacar cosas de la mochila y se puso a curarme la herida. Estaba tan metida en mis pensamientos que ni cuenta me había dado cuenta de que Alison estaba a mi lado mirándome preocupada y que Diego se había levantado antes de que ella llegase para ir hacia la cocina.

"He intentado que se quedase dormida, pero quería ver que estuvieses bien." Dijo Megan desde la entrada al salón "Yo estoy bien." Dije mirando a Alison "No, tienes una pupa muy grande en la mano."

"No es nada, tú debes ir a dormir que no son horas para que una niña buena este despierta." Le di un beso en la sien, pero no la dejé ir. Se apoyó en mi hombro y se quedó mirando para mi mano hasta que escuchó a Diego "Tu madre tiene razón, además, estoy aquí para cuidar a la hermosura de tu madre."

Pude ver como todo su rostro se iluminó y no tardó nada en levantarse e ir corriendo hacia su tío "¡¡¡¡Tío Diego!!!!" dijo dando un salto en el aire, dándole prácticamente nada de tiempo para que dejase las cosas que tenía en la mano "Hola princesa."

"Qué haces aquí?" le preguntó después de darle un beso en la mejilla "Vine por un par de días y quería darle la sorpresa a mi niña hermosa. Ahora hazle caso a tu madre y ve a dormir si quieres seguir siendo una niña buena." Dijo intentando que Alison se fuese a dormir, lo cual en este momento sería complicado porque estaba tan emocionada que le costaría quedarse dormida "Está bien, iré. ¿Vas a estar mañana, tío?" preguntó esperando que la respuesta fuese sí.

"Estaré aquí esperando para jugar contigo princesa." Dijo después de darle un beso en la sien. Alison le volvió a dar otro beso y se bajó del colo de Diego, viniendo corriendo en mi dirección "Vale, te quiero mami." Me dio un beso en la mejilla y yo le di un abrazo y un beso en la sien "Y yo a ti princesa."

Sonrió y empezó a andar en la dirección a su habitación "Te quiero tía, te quiero tío." Megan la siguió para meterla en la cama de nuevo e intentar que se quedase dormida mientras tanto Diego me vendó la mano y se quedó sentado en cuanto terminó de vendármela mirando para mí.

"Ahora ya puedes contarme para que soy bueno, hermosura." Dijo sentándose a mi lado "Han asesinado a mi padre." Dije sin con indiferencia con la intención de no enfadarme de nuevo "Oh mierda, lo siento mucho." Dijo pasándome la mano por la espalda "Gracias, pero no es para eso para lo que te necesito." Dije levantándome del sofá, andando de un lado a otro "Entonces, ¿para qué?"

"Necesito que me ayudes a recuperar la mafia de mi padre." Dije girándome para demostrarle que iba en serio "¿Cómo que recuperarla? Y, antes de nada, ¿qué es lo que haces aquí? Pensé que odiabas Estados Unidos."

"Y lo hago, créeme que si estoy aquí es por obligación, pero ahora que mi padre no está tengo que volver a Italia y recuperar lo que es de mi familia." Dije sin pararme mucho en el tema de Estados Unidos "La mafia."

Asentí y se levantó haciendo lo mismo que yo. Era algo que nos ayudaba a centrarnos y pensar "Entonces cuéntame exactamente qué es lo que ha pasado para que tengas que recuperar la mafia que era de tu padre."

Me crucé de brazos y lo miré "No sé si te has enterado o no, pero en Italia estaba por empezar una guerra entre la mafia rusa y la de mi padre." Dije cambiando el punto en el que se centraba mi vista "He oído algo al respecto, pero no pensé que fuera la de tu padre."

Asentí, pero era complicado que no lo pensase, no había demasiadas mafias en Italia que no fuesen la de Francesco "Pues sí, y mi padre nos sacó de allí para evitar que tanto yo como Megan fuésemos a por esos estúpidos." Dije "Entonces fueron ellos los que asesinaron a tu padre debo suponer."

"Supones mal, fue la mano derecha de mi padre." Dije haciendo que se parase quieto en medio del salón sorprendido "No me lo puedo creer. ¿Y es él el que tiene vuestra mafia ahora?" preguntó molesto, si había algo que no soportaba Diego, eran los traidores "El mismo, y quiero hacerme con ella."

"Pensé que no la querías." Dijo cruzándose de brazos "No me importa tenerla. Me dará la información que necesito mejor y proteger a Alison, pero sobre todo necesito acabar con los rusos." Me senté en el sofá y cerré los ojos un rato "Con eso te puedo ayudar yo y lo sabes." Dijo "Lo sé, pero quiero hacerlo por mí misma. Eso es algo entre mí y mi hermana."

Una de las cosas prioritarias que teníamos en nuestras listas Megan y yo era acabar con los rusos, y no queríamos que nadie hiciese lo que debíamos hacer nosotras "Lo entiendo, pero ¿entonces que es lo que tienes pensado hacer?"

"Que me ayudes a recuperar lo que es nuestro y que trabajes para mí como jefe de seguridad." Dije abriendo los ojos y mirando para él "Eso sería un honor, pero sabes que soy caro hermosura." Se sentó a mi lado y me cogió la mano "Por el dinero no te preocupes que te daré todo el que quieres, y por supuesto puedes hacer lo que quieras."

"Me parece, tendré que hacer mucho trabajo y domesticar a esos estúpidos." Dijo pensando en lo que haría "De esos te puedes ir olvidando, necesito gente nueva en la que puedo confiar."

"Conozco a la gente adecuada, tienen mí mismo entrenamiento o muy parecido. La ventaja de ser del ejercito es que eres leal a tu jefe." Sonreí y asentí, porque eso era lo que necesitaba. "¿Para cuándo necesitas todo eso?" miré para él, porque era evidente que lo necesitaba para ya "El jet privado para volar dentro de un par de horas, no puedo estar aquí ni un segundo más."

"Lo entiendo, y por la gente, te la puedo conseguir. Los mejores están aquí, pero en Italia también hay gente como la que necesitas." Dijo empezando a mirar su móvil "Perfecto, pero llama también a los de aquí para que se vayan a Italia, voy a necesitar una buena protección de la casa ahora que los rusos están en Italia." Me levanté y empecé a recoger el salón "Los necesitaremos en caso de que lo que dijo el tipo el otro día es cierto."

"¿De qué hablas?" preguntó, centrando su mirada en mi hermana y yo rodé los ojos, porque eso no pasaría ni estando muerta "Megan, eso no va a pasar. No pienso permitir que eso pase." Dije "Pero ellos lo tendrán que saber, al fin y al cabo, serán nuestro cuerpo de seguridad en la casa." Dijo cruzándose de brazos y el ceño fruncido.

"¿Qué es lo que me estoy perdiendo?" preguntó Diego "Qué aquí a mi hermana, le dijeron que los rusos se querían llevar a su hija con ellos." Diego se tensó y se levantó con su móvil en mano "Eso no lo voy a permitir. Van buenos si piensan que dejaré que se acerquen a ella. Me encargaré personalmente de la seguridad de tu hija si es necesario."

Sonreí, porque ahora con Diego también, era imposible que le pasase algo a Alison "Me gustaría eso la verdad." Me regaló una sonrisa y guardó el móvil "No te preocupes, me encargaré de esto. Déjame llamar a un par de personas y ahora vuelvo."

"¿Te quedarás?" pregunté sorprendida de que lo fuese a hacer "Obviamente, se lo prometí a Alison y me necesitas aquí en este momento, esos chicos que tienes en la puerta son un poco inútiles debo decir." Una sonrisa apareció en mi rostro. Siempre que lo veía hacía lo que fuese necesario para que me sintiese cómoda, lo que apreciaba más que a nada en el mundo.

"Lo sé, pero es lo que pude conseguir en el último momento." Dije haciendo que llevase sus manos a mis brazos y luego me abrazase prácticamente exprimiéndome "Bueno, ahora estoy yo aquí y no los vas a necesitar. Los puedes enviar a su casa."

Podía ser que lo podía hacer, pero en caso de llegar alguien a por nosotros, escucharía como esos estúpidos eran asesinados o noqueados "Se quedarán aquí hasta mañana."

Asintió, me dio un beso en la frente y salió del salón hacia el balcón para hablar por teléfono dejándonos a mí y Megan solas en el salón. Esta recogió los cristales que había por el suelo y se sentó a mi lado cuando terminó.

"¿Estás bien?" preguntó preocupada, lo cual no debía estar porque en este momento estaba enfadada y poco más. Asentí y me gané un suspiro de Megan, la cual acabó cogiendo mi mano "Yo diría que no lo estás. Sé que estás enfadada y triste en el fondo."

Me reí porque esta chica me conocía mejor que nadie y a veces no me gustaba para nada que lo hiciese "Eso es algo que no te importa Megan." Dije intentando restarle importancia "Sabes que lo hace, y como sé que no me contarás nada hasta que lo necesites quiero decirte que estaré ahí para el momento en el que necesites hablar."

Una sonrisa apareció en mi rostro. Era algo que siempre hacíamos, ella me consolaba de cierta manera y estaba ahí para cuando yo lo necesitase o me sintiese preparada para hablar de ello "Estaré bien, deja de preocuparte de mí."

"Eres mi hermana, y me preocuparé siempre, que te quede claro. Ahora dime que es el plan que se está formando en tu cabeza, porque desde aquí puedo ver como esos engranajes tuyos están funcionando." Dijo con una sonrisa "Nada en realidad, nosotras conocemos la casa mejor que esos estúpidos y sabemos todos los escondites que hay en ella, los vamos a pillar por sorpresa."

Se quedó pensando por un momento hasta que la sonrisa en su rostro aumentó de tamaño dándome a entender que sabía que tenía razón "Entonces supongo que entraremos a la casa." Dijo poniendose cómoda en el sofá "Yo entraré, tu haz lo que quieras." Me levanté del sofá para hacer algo que me distrajese hasta que nos fuésemos, al final, las maletas ni las habíamos deshecho "Yo entraré, quiero terminar con esos hijos de puta con mis propias manos."

Asentí, porque ese era nuestro objetivo principal. No sé que es lo que pensaba eses estúpido de nosotras la verdad, pero debía tener más que claro en su cabeza que no íbamos a poder con él, lo que es una equivocación. "A ellos los reservaremos para el final."

"¿Qué es lo que estás planeando?" preguntó "Bueno, creo que es hora de que sepan de lo que somos capaces de hacer, y cuando se den cuenta de que estamos dentro de la casa va a ser demasiado tarde para que puedan reaccionar. En cuanto Diego coja a esos tipos, se lo llevarán a la nave." Me crucé de brazos y me apoyé en el armario que había cerca "El lugar en el que estuvimos la última vez debo suponer."

Asentí y empecé a caminar de nuevo por el salón "Allí será el momento en el que descubran quienes somos realmente." La sonrisa de satisfacción de mi hermana me dejaba claro que le gustaba ese plan, o podía estar pensando en todo lo que le haría a esos tipos después de lo que hicieron a Francesco "Se llevarán la sorpresa en cuanto se den cuenta."

"Entonces debo suponer que esta es la famosa Megan de la que tanto habláis tú y tu hija." Dijo Diego entrando de nuevo en el salón. Tenía una gran sonrisa y parecía estar contento "No puede haber otra, pero déjamela presentártela."

"Creo que la conozco de sobra." Dijo negando, porque si algo no hacíamos Alison y yo era contarle sobre Megan "Bueno, pues presentarte a ella. Megan, este es Diego, el amigo del que te hable." Megan lo miró de arriba abajo asintiendo, dándome a entender que le gustaba, pero como le había dicho antes, no teníamos ni la remota posibilidad con él.

"Ambos sabemos que soy tu mejor amigo." La sonrisa de suficiencia en el rostro de Diego dejaba claro que lo sabía, pero nunca se lo admitiría tampoco, no tendría gracia. "Eres un creído, lo sabes ¿verdad?"

Se rió, sentó al lado de Megan y luego se acomodó en el sofá, todavía con esa sonrisa plantada en su rostro "Oh, pero me adoras." Negué con una sonrisa en mi rostro "Eso lo veremos con el tiempo. Ahora dime que conseguiste lo que necesito."

"Lo conseguí. Puedo conseguir las armas y los chalecos anti balas." Dijo, pero de eso no hacía falta realmente que se preocupase, de eso teníamos de sobra en la casa en nuestro escondite. Ni siquiera papá sabía que las teníamos "De eso no debes preocuparte, en casa tenemos de sobra."

Se quedó mirando extrañado para mí sin entender a qué me estaba refiriendo "Tengo entendido que están en tu casa." Asentí y miré para Megan, la cual tenía una gran sonrisa en el rostro también "Lo están, pero nadie en el mundo aparte de Megan y yo sabe donde está nuestro escondite de armas"

Asintió y luego procedí a contarle el plan que teníamos para recuperar la casa, pero sería mejor el otro que tenía preparado para Leonardo y los demás. Eran las dos de la mañana y Megan se había quedado dormida en el sofá, pero yo no era capaz de dormirme, no después de todo lo que había pasado hoy.

"No te vas a dormir ¿verdad?" preguntó Diego desde la puerta de la cocina "No tengo sueño." Dije mirando para la ventana "Pues deberías dormir, como le dijiste a tu hija, una chica buena se tiene que ir a dormir temprano."

"Pero ambos sabemos que no soy nada de eso." Dije sin apartar la mirada de la ventana "Lo eres, sólo que pasaste por muchas cosas que la mitad de las personas no soportarían. Tú y tu hermana sois las personas más fuertes que conozco." Diego se sentó a mi lado y me pasó el brazo por los hombros, acercándome a él y haciendo que dejase mi cabeza sobre su hombro.

"Sé que te cuesta creer que lo eres Alexandra, pero lo que haces es para proteger a tu hija de todo lo que hay ahí fuera. Los rusos no pararán de buscaros a las dos. No sé por qué quieren a Alison, pero si ese es su objetivo, tú tienes que hacer todo lo necesario para conseguirlo. Da igual que tengas que matar a miles de personas por eso, nada te quita que no seas buena persona."

No dije nada, porque a pesar de que todo eso era cierto, sé que no lo era y no me importaba, lo único que me importaba más que nada era proteger a Alison, nada más. "¿Cómo es enterasteis de que vuestro padre había muerto?" preguntó después de un par de minutos en silencio.

"Alison nos llamó para decirnos que Analissa no paraba de llorar" Me apartó de él para verme el rostro, sorprendido de que me haya ido sin Alison. "¿No estabas aquí cuando os enterasteis?"

Negué y me puse en el otro lado del sofá, porque sabía que no le iba a gustar lo que le iba a contar "¿Dónde estabas entonces?" preguntó cruzándose de brazos "En el club." Dije como si nada "En el club en el que…" Asentí y se quedó mirando para mi un par de segundos analizando lo que había dicho.

"¿Y se puede saber que puñetas hacías allí?" dijo levantándose del sofá y poniéndose delante de mí "Sacar a las chicas que estaban allí dentro, es lo que tenía que hacer." Podía notar que estaba molesto de que no le hubiese dicho nada "¿Y no me podías haber llamado para eso?"

Suspiré y cerré los ojos un rato porque empezaba a dolerme la cabeza, y no quería que fuese a más "No sabía que estabas aquí, ¿para qué te iba a llamar? Además, lo tenía todo controlado." Dije manteniendo la calma, porque alguien lo tendría que hacer "Quédate un momento mientras yo voy junto a esas chicas" dije levantándome del sofá, pero antes de que pueda llegar a la puerta, Diego me para "Iré contigo" dijo sin dejar lugar a discusión, por lo que asentí.

Me giré para despertar a Megan y decirle que me iba a ir. Me costó un poco convencerla en que se quedase en la suite, pero lo conseguí finalmente y en este momento estábamos del camino al hotel en el que estaban las chicas.

El camino para mi suerte lo hicimos en silencio. Hacía tiempo que no veía a Diego y me gustaba pasar tiempo con él, pero en este momento no quería hablar con nadie, quería largarme a Italia y acabar con toda esta mierda para poder tener una vida tranquila al menos.

"Vas muy callada." Dijo cuando estábamos por llegar "Será porque no tengo ganas de hablar Diego." Miré si tenía el arma cargada por sea caso la fuese a necesitar "Sé que no te gusta que te digan esto, pero siento lo de tu padre, de verdad. Estaré ahí siempre que necesites hablar."

Cuando llegamos al hotel, aparqué, nos dirigimos al piso en el que me dijeron que estarían las chicas y entramos en la habitación en la que las habían metido. Había diez chicas y se apelotonaron todas en una esquina en el momento que yo y Diego entramos en la habitación, pero rápidamente dejé la pistola en la mesa que había cerca de la puerta y levanté las manos para demostrarles que no quería hacerles nada.

"Tranquilas… No os va a pasar nada… Aquí estáis a salvo." Se quedaron mirando entre ellas un rato y luego pasaron la mirada a nosotros. Miré para atrás y pude ver que Diego estaba en la misma posición que yo. "¿Tu eres la chica que nos sacó de allí?" preguntó una de las chicas.

"Eso no importa, solo quería ver si necesitabais algo y en que os podía ayudar." Dije dando pequeños pasos en su dirección "¿Podría salir el chico?" preguntó otra, me giré para pedirle con saliera con la mirada y él no tardó nada, dejándome claro que esperaría fuera de la habitación.

Bajé los brazos y me acerqué a ellas, sentándome en el sillón que estaba cerca de la cama. "Gracias por sacarnos de allí." Negué, porque lo menos que tenían que hacer, era darme las gracias por algo que la policía debía encargarse "No es nada, de verdad, sé lo que se siente." Dije y ellas quedaron mirando para mi un par de segundos.

"¿Por qué nos sacaste?" Todas las chicas habían centrado su mirada en mi esperando mi respuesta, y a pesar que no me gustaba ser el centro de atención de nada, me mantuve tranquila para no alterarlas "Porque como os dije, sé lo que se siente." Volvieron a quedarse mirando para mi y esperé la siguiente pregunta que tenía más que claro que iban a hacer "¿Estuviste ahí dentro?" preguntó una de ellas y asentí.

"Mi hermana y yo estuvimos, y nos costó doce años salir de ese agujero" Todas se quedaron mirando, pero esta vez con sorpresa. Imagino desde que nos habíamos escapado era imposible escapar sin ser asesinadas antes.

"¿La chica que estaba contigo está bien?" preguntó la chica que estaba dentro de la habitación cuando habían disparado a Megan, y asentí "Tenía el chaleco, solo tiene un moretón, pero nada más" dije "¿Entonces ahora que vamos a hacer ahora?"

Todas las miradas se centraron en mí, en parte asustadas y por otra parte con esperanza "Lo que queráis, estoy aquí para ayudaros."

"Yo me quiero ir a mi casa, con mis padres." Todas asintieron y pude ver cómo se relajaron un poco más todas. Me acerqué a la cama y me senté en ella cerrando los ojos por un par de segundos. "Si eso queréis os ayudaré a llegar a vuestra casa. Solo tenéis que decirme de donde sois e iréis con vuestra familia."

Empezaron a decir a un lugar del que eran y los apunté para pedir el billete de avión para que llegasen a su casa con sus familias, pero había una que no había dicho nada y estaba mirando para el suelo. "¿Tú de dónde eres?" le pregunté acercándome a ella "Italia." Había algo de esta chica que me recordaba a Megan. Debía tener como la edad que tenía ella cuando nos escapamos de allí, solo esperaba que no fuese la misma historia que la nuestra "¿Y no quieres ir con tu familia?"

"Mi familia murió en un incendio cuando era pequeña y desde esa estaba en un orfanato, ellos me vendieron a esos tipos." Ni en un orfanato las chicas estaban a salvo. Entre todas la abrazaron y yo me levanté de la cama y me puse a la altura de su mirada. "No quiero volver a ese orfanato." Dijo aterrorizada, y la entendía, yo tampoco quería que se fuese allí, ya me encargaría yo de encontrar quién coño se había atrevido a venderla, no tendría un final de lo más cómodo, eso asegurado.

"¿Qué te parece si te vienes conmigo a mi casa?" La chica levantó la mirada con sorpresa sobre su rostro, pero acabó negando, lo que ella no sabía es que no iba a tomar un no como respuesta. "No te preocupes, no te haré nada y estarás bien en nuestra casa. No te quiero dejar en la calle."

Se quedó mirando. Podía ver que estaba a punto de convencerla, por lo que use algo que podría ayudar a calmarla "Mi hija estará encantada de tener una amiga con la que poder jugar" Levantó la mirada y se quedó mirando para mí un par de segundos "¿Y su novio no se molestará?"

Le mostré una sonrisa y negué, al final no tenía nadie por el que preocuparse en ese aspecto "No tengo novio, soy madre soltera." Terror cruzó su mirada, supongo que no quería enfadarme por asumir que tenía a alguien, pero no me molestaba por lo que puse una mano sobre su brazo y me senté a su lado.

"No te preocupes, está bien. Además, mi hermana y mi madre podrán ayudarte en lo que quieras, sólo tienes que aceptar." Asintió y yo le regalé una sonrisa para intentar tranquilizarla "Eso si chicas, os quiero pedir un pequeño favor, no quiero que digáis que yo y mi hermana os sacamos de allí."

Podía ver la pregunta en sus rostros, pero realmente no quería que nadie supiese que habíamos sido nosotras, ya me iban a llegar los rusos detrás nuestra por eso, no necesitaba a la policía también detrás "No es por nada malo, pero no quiero que la policía aparezca en mi puerta y tampoco quedaría bien que se dijese que una ciudadana entró en un club a balazos"

Todas asintieron y les pasé el número de teléfono a las chicas y se lo guardaron en sus bolsillos. Poco a poco se fueron sentando en la cama y yo en la silla para que estuviesen más cómodas. Me levanté para salir de la habitación y volver al hotel "Bueno, mañana mismo estaréis de nuevo en vuestra casa, yo me tengo que ir que dentro de un rato tenemos un avión que coger, ¿te vienes?"

"¿Ya se va a ir?" preguntó una de ellas y yo asentí "Tengo cosas que resolver en Italia, pero como os dije, llamadme siempre que me necesitéis, estaré ahí para lo que necesitéis ¿nos vamos…?" pregunté sin saber su nombre "Jennifer." Le sonreí y estiré mi mano en su dirección para que la cogiese "¿Me puedo despedir de ellas?"

Asentí y salí de la habitación para darles intimidad. Antes de salir, cojo el arma y cuando salgo de esta, lo primero que me encuentro al salir por la puerta es a Diego apoyado en la pared de enfrente con una sonrisa. "Y después dices que eres mala."

Negué y me apoyé en la pared a su lado "¿Nos vamos?" preguntó, apartándose de la pared "No, esperaremos a Jennifer." La pregunta se hizo presente en su rostro lo que me hacía gracia porque Diego no tendía a ser tan expresivo, a no ser que estuviese con Alison y conmigo "Ya lo verás, ahora lo que necesito es conseguir alguien que las tenga cuidadas y conseguir el vuelo hacia sus casas."

El rostro de Diego se iluminó y una sonrisa apareció en su rostro "Las vas a cuidar." Asentí, era lo menos que podía hacer después de todo lo que habían pasado esas chicas "Te vas a gastar todo el dinero que tienes, y eso que eres millonaria." Negué, porque a pesar de que teníamos dinero de sobra, no era tan estúpida de gastármelo todo tampoco. "No lo voy a gastar listillo, tengo los restaurantes que eran de mi padre y de los cuales se encargará Megan porque no tengo ni idea de negocios." Se rió y volvió a apoyar a mi lado "No, tú solo tienes idea de números, de peleas y armas." Me encogí de hombros, porque todo eso era cierto "Pues sí. Además, se me da bien la bolsa, asique invirtiendo bien, lo que gaste lo tendré de nuevo." Negó con una sonrisa en su rostro "Ya lo tienes todo planeado ¿no es así?"

Rodé los ojos, porque no tengo ni la menor idea de por qué siempre me preguntaban si lo tenía todo planeado. Mi vida consiste en hacer planes antes de meterme de lleno en algo, tenía mucho que perder y no quería que mi hija creciese sin madre, eso lo tenía más que claro.

En ese momento Jennifer salió de la habitación, cerró la puerta y en cuanto se fija que Diego está a mi lado se pega a la puerta mirándolo asustada. "No te preocupes, él no nos hará nada." Dije acercándome a ella "Te prometo que no te tocará un solo pelo. Está conmigo, y créeme, de ser como el resto de hombres que conociste ahí dentro, ya estaría en el fondo del Mediterráneo." Dije intentando convencerla.

"Eso es cierto, es una mujer complicada, lo entenderás en cuanto la conozcas. Por cierto, soy Diego." Dijo este estirando la mano en su dirección "Jennifer." Le cogió la mano y se la estrechó "Es un gusto conocer a una chica tan maja. Tú no eras así Alex. No me partiste la cara de milagro."

Jennifer se rió y agradecí que Diego estuviese aquí en este momento, al menos podría tranquilizarse a su alrededor "Me arrepiento mucho de no haberlo hecho." Dije apartándome de la pared y empezando a caminar hacia las escaleras y salir del hotel.

"Mi vuelo sale a las doce y algo" Me paré en seco y me giré para verlo, porque a veces no entendía como podía ser tan tonto "Tú te vendrás con nosotras en el jet, necesito que alguien esté con Alison mientras yo miro de que mi madre no llore durante todo el camino." Dije volviendo a girarme en la dirección a las escaleras "Mierda, no te lo pregunté antes, ¿qué tal está ella?"

Me encogí de hombros, porque a pesar de que habíamos conseguido que se durmiese, sé que estaba en la mierda por todo lo que estaba pasando. Al final, habían asesinado a su marido, no debía ser tan fácil de superar "Como la mierda, pero saldremos adelante."

Diego se puso a mi lado y dejó la mano sobre mi hombro "Sé que lo conseguirás, estoy orgulloso de ti hermosura."


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