Las chicas de la cafetería.
—¿Que quieren? —Dije tumbandome nuevamente En el suelo
—Tomemos juntos.—Respondió la chica alzando unas latas de cerveza ante nosotros.
Bruce se levantó inmediatamente y tomo una cerveza, poco después y aún sin presentarnos continuábamos bebiendo en compañía de ambas chicas.
Vi a Bruce volviéndose más íntimo con la otra chica así que para darle espacio me levanté del lugar y tomé a la chica de cabello negro por la mano.
—Salgamos de aquí.—Dije mientras caminaba aún sujetando la mano de la chica, nos adentramos un poco más en el lugar y tomamos asiento en uno de los banquillos.
—Oye, aún no sé tu nombre.—Dije sin mirar a la chica.
—Pensé que nunca lo preguntarás, me llamo Emma.
—Bonito nombre.—Exclame mientras tomaba un sorbo de mi cerveza.
—Gracias, oye seré directa—Dijo mientras se acercaba aún más a mi.—Me gustas— Seguido de sus palabras acerco su boca a mis labios y me dió un corto beso.
—Espera, espera.—Dije alejándome un poco
—Te conozco hace unas horas.
—¿Y que con eso? Podemos simplemente disfrutar del momento.
Tal vez tenía razón, soy joven no tiene nada de malo en disfrutar la vida de esta manera, así que sin pensarlo más, me acerque ella y la besé, ella respondió a mi beso y continuamos besándonos hasta que la voz de una mujer nos obligo separarnos.
—Oye Emma ¿a donde demonios fuiste?—Preguntó una chica de ojos grises y cabello rubio largo con pronunciadas curvas.
La miré fijamente detallandola, aún con mi vista borrosa, no tenía duda que es muy hermosa.
—Lo siento ¿de acuerdo? no pudimos encontrarte luego que salimos del baño.—Respondio Emma.
—Como sea encontré a Susan junto a este tipo.—Dijo señalando hacia atrás a su otra amiga y Bruce.
—No seas tan gruñona, nos iremos mañana solo déjanos disfrutar.—Protestó Emma.
—Debemos irnos, quiero descansar estos zapatos están matándome.—Dijo la chica de ojos grises.
—Bien, vayamos a casa.
El trío de chicas continuaron con su conversación, Bruce y yo permanecimos en silencio observando la escena hasta que una de ellas mencionó la dirección en la que iríamos Bruce y yo de vuelta a casa.
—Genial, nosotros también vamos hacia ahí.—Dijo Bruce.—Podemos acompañarlas si quieren.
—De acuerdo vamos.— Dijo Susan tomandolo por el brazo.
Continúe caminando junto a las dos chicas en silencio, intentando no caerme ya que el alcohol había surgido efecto en mi.
Poco después Susan y Emma se despidieron de nosotros para continuar su camino a casa acompañadas por Bruce, quien afortunadamente vive cerca de ellas, mire a mi lado y la chica de ojos grises aún estaba ahí.
—¿Vives por aquí cerca?—Pregunté.
—A dos calles de aquí.—Respondioó.
—Bien, vamos en la misma dirección.—Dije poniéndome en marcha seguido por aquella chica.
Poco después faltaba poco para llegar a mi casa cuando de pronto tropecé y de forma estúpida me encontraba en el suelo.
—Mierda.—Susurre intentando ponerme de pie.
—Oye ¿estás bien?—Preguntó la chica.
Solo asentí con la cabeza e intenté ponerme nuevamente en pie, con un poco de dificultad lo logré pero aún me costaba trabajo.
—¿Donde vives?—Preguntó nuevamente la chica.
—Justo ahí.—Dije señalando hacia mi casa.
La chica a mi lado me miró extrañada y estuvo a punto de preguntarme algo cuando mi madre nos interrumpió.
—Oh dios eres un desastre.—Dijo mi madre mientras se acercaba a mi.
—Gracias por traerlo de vuelta nora.— Exclamó mi madre dirigiéndose a aquella chica.
—¿Nora?—Pregunté mirando a aquella chica.
—¿Daniel?—Pregunto de vuelta la chica mirándome sorprendida.