A la mañana siguiente Nora ya no se encontraba en mi habitación, ¿Acaso mi madre la descubrió?.
Tomé mi celular y marqué al número de Nora, la cual respondió luego de tres tonos.
—Hola Daniel, ¿Cómo amaneces?
—¿Dónde estás?.—Pregunté.
—Oh, estoy en mi casa justo ahora, me he disculpado con mi madre por mi comportamiento.
—¿Porqué te fuiste sin decirme?.
—Te ví dormido profundamente así que no quise despertarte.
Dejé escapar un suspiro de alivio.
—¿Te encuentras mejor?.—Pregunté.
—Estoy bien, mis padres dijeron que tenían que hablar conmigo.
—Ya veo, es mejor que hables con ellos.
Pude escuchar cómo la señora Nathaly llamaba a Nora.
—Asi es, ahora tengo que colgar, ha llegado mi padre.
—Bien, adiós.—Dije.
Me alegro que Nora vaya a hablar con sus padres, es un alivio.
Me dirigí al baño quitando mi ropa para darme una ducha. Al estar listo bajé las escaleras para encontrarme con mi madre.
—Oh, Daniel, ¿estás despierto?, estaba por llamarte a desayunar.
Me acerqué a mi madre y di un beso en su frente para luego tomar asiento y comenzar a desayunar.
Terminé de desayunar y pasaron un par de horas, pude escuchar mi celular sonar, lo tomé en mis manos para responder dándome cuenta que en la pantalla de este decía Nora.
—Daniel, tenemos que vernos hoy, ¿Ok?.Dijo
—Por supuesto, ¿Dónde nos veremos?
—En el parque, tengo algo importante que decirte, te esperaré allí.
Ella colgó sin dejarme terminar. Algo sucedió.
Me puse de pie y salí de la casa dirigiendome hacia el parque, minutos después encontré a Nora sentada tranquilamente.
—Nora, aquí estoy.—Dije levantando mi mano.
Ella me abrazó fuertemente y comenzó a llorar
—Oye, ¿Qué sucede?.—Pregunté preocupado.
—Tengo que irme Daniel, tengo que mudarme fuera de esta ciudad.
—¿Porqué? ¿Qué sucede?.—Dije tomando su rostro con mi mano.
—Mi madre está enferma.
—¿Qué sucede con tu madre?.
—No lo sé, ella aún no me lo ha dicho.
—¿Cuando se irán?
—En un par de horas.
—Esta bien Nora, todo estará bien.—Dije limpiando sus lágrimas mientras ella me veía fijamente.
—¿Eres tonto? Eso implica que no nos veremos más.
Sentí como mi pecho dolía al saber que no nos veremos más, pero no quiero preocupar a Nora.
—Lo sé… supongo que tendría que pasar…
—¿No te importa si me voy?.
—Me importa como no tienes idea, eres mi mejor amiga. ¿Cómo podría no importarme?
—Tonto.-Dijo colocando su rostro en mi pecho.
—Oye, ¿Ya has hecho tus maletas?
Ella asintió con su cabeza sin soltarme.
—Vayamos a comer algo, ¿Está bien?
Tomé a Nora de su mano y me dirigí hacia una heladería. Compramos helados y salimos de aquel lugar.
—Gracias Daniel, me ha ayudado.
—¿Ahora que hacemos?.—Dije sonriendo.
—Nora! Vamos, tenemos que irnos.—Dijo la madre de Nora.
La miré fijamente a los ojos sujetando sus manos.
—Ven conmigo, quiero despedirme de ti.
Caminé con Nora en silencio hacia el auto, minutos después habíamos llegado al aeropuerto, esperamos pacientemente hasta que llegó la hora de que Nora partiera.
Ella se colocó de pie mientras su madre se despedía de mi para luego caminar lejos de mi.
—No te alejes mucho Nora.
—Está bien, mamá.
Tomé las manos de Nora mientras la veía fijamente.
—Ya tengo que irme, Daniel.
—Lo sé.—Dije dándole un abrazo.
Tomé su rostro acercándome a sus labios depositando en ellos un corto beso.
—Daniel, ¿Qué est—
Sin dejarla terminar de hablar la besé nuevamente mientras sujetaba su cintura, esta vez el beso fue un poco intenso, el cual ella respondía de la misma manera. Detuve mi beso para hablar.
—Lo siento, pero tengo que confesarte que me gustas desde hace mucho tiempo.
Ella me miró sorprendida, sonrió y dijo.
—Tambien me gustas Daniel. Pero tengo que irme ya.
Ella me abrazó fuertemente, se colocó en punta de pie y depósito un corto beso en mis labios para luego alejarse.
—Nos volveremos a ver, Daniel.
—Nos volveremos a ver.—Repetí.—Adios Nora.
Ahora ella estará lejos de mi, pero seguiré amándola de la misma manera que ahora.