章 713: Mundo Shinobi - Mundo impuro - 378
Kain y Aoi estaban sentados detrás de un escritorio, mirándose el uno al otro, en el segundo piso del galpón que habían acondicionado para que las personas de Kumogakure aprendieran ninjutsu médico.
Aoi le preguntó —¿Eso es todo?—
Kain la miró a los ojos, hermosos ojos de color malva. Sonrió y respondió —Sí, en lo referente al ninjutsu médico. Todavía me queda lo del estadio, los exámenes chunin y la futura ciudad alrededor del estadio. Sin embargo, salvo por el estadio y los exámenes, todo lo demás es un proyecto a futuro—
—¿Con qué vas a seguir?— preguntó Aoi
—Agenda— dijo Kain y desde el interior de su haori emergió el pequeño diamante gris con el ojo rojo. Vástago, la unidad de apoyo, proyecto la agenda de Kain durante todo el mes. Estaba llena de reuniones y negociaciones alrededor de todo el continente. Iwagakure, Clan Hoshino en la nación del Rayo, Clan Takahashi en la nación del Fuego, Kirigakure y otras familias de renombre.
Aoi quedó asombrada y cansada de solo mirar la amplia agenda de Kain. Ella llevaba meses fuera de la agenda de Kain, pero no sabía que se había vuelto tan caótica.
—¿Por qué pones esa cara?— preguntó Kain con una sonrisa amigable
—Bueno, es bastante para un mes— respondió Aoi con una mirada acomplejada
—¿Te refieres a los experimentos? Con eso no hay problema, estoy ocupando los clones de sombra. Además, por el entrenamiento y el desarrollo de la fase 1 de la torre de poder, tengo a Tobirama—
—No entiendo cómo puedes confiar tanto en ese tipo—
Kain soltó una risita y dijo —ese tipo tiene una mente tan objetiva que es incapaz de interponer sus sentimientos a sus objetivos. Siempre que vea que mi plan e ideas son racionales y conducen a un objetivo claro y próspero, me ayudara. Además, él está cambiando al verse afectado por su estado actual. Ver a Hiruzen y Danzo con una mente tan débil lo hizo cuestionarse su forma de planificar y tratar a las personas. Él no esperaba que Hiruzen perdiera su brújula moral ni que Danzo fuera tan inestable que planificara matar a su mejor amigo—
Aoi quedó mirando a Kain fijamente mientras sus labios formaban una línea —tú me preocupas— dijo —tú carga de trabajo es anormal, estás preocupado de demasiadas cosas—
—Tengo que hacerlo, alguien tiene que hacerlo— respondió Kain mirándola a los ojos —la última vez que confíe en alguien que parecía más inteligente que yo, casi mata a mi okaa-sama, hizo arder el mundo y tú casi mueres. Esta vez soy yo el que orquesta todo. En realidad, solo tengo que hacer control de daños. Para eso es el ninjutsu médico, pero no la solución. Parece que el mundo necesita experimentar una vez más la guerra—
Aoi agacho la mirada y le preguntó —¿Cuándo?— ella levantó su rostro y continuo —¿Cuándo sucederá eso?—
—No será pronto. El mundo tiene que prepararse. Estamos en la fase inicial, las formas de combate están cambiando y nuevas industrias están naciendo. Puedo detener la industria de las armas por un tiempo, pero pronto una nación las desarrollara y no habrá nada que yo pueda hacer. Podría intervenir una o dos veces, pero no más que eso. De lo contrario, nos traería problemas a todos. No te preocupes, para cuando eso pase, me retirare de forma elegante y ustedes lo harán conmigo. No permitiré que ustedes paguen el precio por la decisión arbitraria de otros. Mi juego es lo suficientemente bueno como para proteger a todos los que me importan—
Alguien golpeo la puerta que separaba las escaleras que conducían al segundo piso.
Aoi se puso de pie, pero Kain la detuvo. Ella necesitaba activar su byakugan para saber quién estaba del otro lado de la puerta, Kain no. Él sentía todo el tiempo lo que estaba a su alrededor.
Kain camino al fondo del segundo piso, bajo las escaleras y se detuvo en el último escalón, frente a la puerta metálica. Kain abrió la puerta y se encontró al tercer Raikage del otro lado. Igual de grande, musculoso y rubio que siempre. Llevaba la pañoleta en la cabeza con el protector de la villa y la chaqueta táctica blanca. Sus brazos eran tan gruesos como el torso de Kain. Más de dos metros de altura.
—¿Cómo estás viejo?— preguntó Kain con una amplia sonrisa
—Bien, Kain— dijo Jin, el tercer raikage. Mostro una sonrisa amigable.
—Ven, pasa, estoy hablando con Aoi— dijo Kain, se dio la vuelta y volvió a subir las escaleras.
Jin entro a las escaleras, apenas podía pasar entre las paredes de lo grande y robusto que era. Él cerró la puerta y siguió subiendo las escaleras. Una vez que llego al segundo piso, vio los escritorios donde antes estudiaban los médicos y vio a Kain al fondo del segundo piso, caminando hacia Aoi. El raikage camino a paso lento y levantó su enorme mano en señal de saludo. Aoi también levantó la mano y sonrió de forma amigable.
Al mismo tiempo, Kain busco una silla y la posiciono a dos metros de Aoi y él, Jin era demasiado grande y necesitaba mucho espacio.
Kain se sentó en su silla, Jin los alcanzo y se sentó en la silla que le había preparado Kain. Jin era tan grande que la mitad de su cuerpo quedaba fuera de la silla.
Kain miró a Jin a los ojos, estaba moreno, las primeras arrugas marcándose en su frente como muestra de todas las preocupaciones que estaba experimentando. El joven Jin de hace años, inexperto raikage, estaba desapareciendo y dejando a un hombre serio.
—¿Cómo estás?— preguntó Kain
—Bien, Kain— dijo Jin, miró hacia otro lado, tomo una profunda respiración y lo volvió a mirar —yo, vine por varias cosas—
—Me lo imagino, adelante— dijo Kain con una sonrisa en los labios
Jin soltó una risita, soltó un suspiro y le dijo —tengo que atraparte. Faltaste al protocolo trayendo a tu esposa y estuviste invitando a nuestros médicos a seguirte—
—Lo sé, soy consciente—
—Kain, no puedes hacer eso. Es como robar los recursos de la nación—
—Ambos sabemos que esa no es la razón. Además, mi invitación era sin compromiso y si cualquiera de los cuatro decía que no, estaba bien— dijo Kain con una sonrisa confiada
Jin miró a Kain a los ojos, agacho la mirada, soltó un suspiro y le dijo —sí, demonios, tienes razón. Esos viejos solo buscan escusas para quedarse con tus cosas y generar problemas. Creen que sabiendo un poco de ninjutsu médico pueden lanzarse a la guerra—
—Así parece, pero ellos no son dueños de la guerra y los recursos. No te preocupes, saldré, le daré una pequeña lección a tus shinobis y se acabara. Hablare con el daimio y la familia Hoshino. Ellos deben haberte enviado información. Debes saber que los tengo en la palma de mi mano—
—No es tan así— respondió Jin con una mirada seria —la familia Hoshino quiere ver si te podemos someter. De lo contrario, te seguirán apoyando, pero no esperes que te sigan el juego—
—Lo sé, el patriarca del clan es un viejo cerdo, pero accesible. Sin embargo, el verdadero problema es su hermano menor. Él cree que todavía estamos en la era de los estados combatientes y los shinobis tienen que hacer todo lo que digan los nobles—
Jin asintió y respondió —así es, así que, para evitar problemas, te doy la ventaja para que pongas un sello sobre mí. De esa manera podrás salir más fácilmente de esto—
—¿Qué dices, idiota?— preguntó Kain con una amplia sonrisa —¿Fumaste la hierba equivocada? Puedo irme cuando quiera, sin pelear ni nada. Déjalo ser, Jin, hagamos esperar al público durante un par de horas. Puedo sentir que alejaron a todas las personas que rodeaban el galpón—
—Sí, nos anticipamos al desastre. Yo les dije que no sería tan fácil tratar contigo—
—Eso es bueno, podemos jugar durante un largo rato. Hace muchos años que no tenemos una pelea, como cuando nos conocimos—
—Kain— dijo Jin como si estuviera preocupado
—Vamos, viejo, escúchame ¿Cuándo te he fallado?—
Jin quedó mirando a Kain, sonrió, soltó una risita, agacho la cabeza y negó —está bien, pero no pueden ser más de dos horas y cuando volvamos, peleare con todo. No me culpes por dejarte la cara morada—
—Claro, lo mismo digo— dijo Kain, se levantó de su silla y sacó a Vástago del interior de su haori. Kain miró a Jin y continuo —ve a buscar a Kokoro, dijo que quería ver a mi hijo Mugen—
Jin levantó las cejas en un gesto de confusión.
Kain le devolvió la mirada y le dijo —no me voy a ir a ningún lado, solo escúchame—
—Está bien, está bien, siempre estás haciendo cosas raras y nadie te entiende—
Jin se levantó, camino a paso rápido y alcanzo las escaleras. Las bajo tan rápido que, con su enorme peso, todo el segundo piso tembló.
Kain miró a Aoi y ella lo quedó mirando con el ceño fruncido.
—Tranquila— dijo Kain con una amplia sonrisa —Jin es padre, no les haría daño a nuestros hijos. Además, tienes que saber que sensei y yo lo podemos manejar antes de que mueva un solo dedo—
Aoi frunció más el ceño y le dijo —él viene y te amenaza, pero tú lo sigues tratando como un amigo. Él te dio la ventaja para que soluciones esto de manera fácil. Es como dice Jin, siempre estás haciendo cosas raras y nadie te entiende—
Kain soltó una risita y negó con la cabeza. Él escucho a Jin y Kokoro subir por las escaleras que daban al segundo piso. Jin era enorme, robusto y grande, de piel morena y cabello rubio. Kokoro también era alta, pero ella tenía la mitad de la contextura de Jin y una cabeza más baja.
—¿Qué haces, Kain, idiota?— preguntó Kokoro con seriedad
—Vaya, parece que es el día para que todo el mundo me insulte y cuestione mis formas de actuar— respondió Kain
—Estás en problemas— insistió Kokoro con el ceño fruncido —tuve que tomar a Hana y Mana y ponerlas en prisión bajo cuidado de mis subordinados. Casi las linchan los shinobis de su clan—
—¿Ellas están bien?— preguntó Kain
—Sí, pero—
—En ese caso, todo bien, no te preocupes. Vamos a dar una vuelta y después volvemos, nos damos de puñetazos, yo los venzo y todo termina bien. Ahora vamos a divertirnos. Que el público espere por el espectáculo—
Kokoro miró a Kain confundida, no sabía si alguien lo había golpeado en la cabeza o realmente se había fumado la hierba equivocada. Ella miró a Aoi y esta última la miró devuelta. Kokoro le dio una mirada suplicante, pero Aoi negó con la cabeza como si no hubiera forma de hacer cambiar de parecer a Kain.
—Vamos, vamos, todos ustedes ponen caras como si alguien fuera a morir. Mi juego es lo suficientemente fuerte como para engañar a todo Kumogakure ¿Todos listos?— preguntó Kain con una sonrisa amistosa
Kokoro, Aoi y Jin miraron a Kain y soltaron un suspiro. Ninguno sabía que es lo que quería hacer Kain.
Kain soltó una risita y dijo —Vástago, transpórtanos a la entrada de la casa—
Kokoro y Jin abrieron los ojos amplios ante el repentino cambio. De repente pasaron de estar en el segundo piso de un laboratorio medico al patio frontal, en la residencia de Kain, con la puerta torii roja sobre su cabeza.
Al mismo tiempo, Sakumo estaba apoyado en la muralla, con su pie marcado en la pintura blanca.
Kain vio a Sakumo, frunció el ceño y Sakumo entendió de inmediato el mensaje —tú estás esperando que sensei te encuentre y te cuelgue de las bolas— dijo
—No, yo— dijo Sakumo, se apartó de la pared y trato de limpiar la huella con la mano.
Al mismo tiempo, Reika, Hyoga, Maaya y Yuki se mantenían serios viendo a los enormes Jin y Kokoro.
Kain miró a los guardaespaldas, todos vestidos de negro con la chaqueta táctica negra con la puerta torii roja en la espalda —tranquilos, ellos son amigos. Continúen con su trabajo—
—Sí, señor— dijeron todos al unísono
Kain avanzó y guio a Jin y Kokoro a la puerta corredera de la casa.
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