A las tres de la mañana, Kain fue despertado por su nueva unidad de asistencia, Vástago
—Kain-sama— dijo Vástago levitando sobre la cabeza de Kain mientras este último estaba acostado en su cama junto a Nagisa. Solo Kain lo podía escuchar, así que no despertó a Nagisa. Cada unidad era una representación de algo importante para Kain. Guardián era como Ariel, guardiana del equilibrio. Por lo tanto, Vástago era como Kain, pero no era el Kain dios de la sangre. Sino el joven noble que debería convertirse en el futuro pilar del equilibrio. Por lo tanto, la voz de Vástago era varonil, fría y educada.
—¿Sí?— respondió Kain medio dormido
—Guardián informa que la señal de Daisuke Nara salió de Konoha a una gran velocidad. Además, lo siguen un largo grupo de shinobis. Por la muestra se puede asegurar en un noventa y cinco por ciento que son cien personas del clan Nara y veinte Sarutobi—
Kain soltó una risita con los ojos cerrados, tenía muchas ganas de seguir durmiendo junto a Nagisa, pero tenía cosas que preparar como dios de la oscuridad.
Kain se levantó de la cama, se vistió y en medio de colocarse el haori, escucho la voz de Nagisa.
—¿Kain-sama?— preguntó Nagisa con voz adormilada
—Sigue durmiendo, Nagisa, tengo asuntos que atender. Volveré en una o dos horas— respondió Kain
Nagisa se sentó de golpe, las sábanas y el cobertor cayeron dejando ver su torso desnudo. Sus senos caían como dos masas del tamaño de naranjas ocultos por sus cabellos de color naranja —¿Necesita ayuda?— preguntó
Kain se acercó a Nagisa, le dio un pequeño beso y le susurro —no, duerme. Vuelvo en un par de horas—
Nagisa asintió, tenía los ojos pequeños por el sueño. Ella se recostó en la cama y se arropo con las sábanas y el cobertor.
Kain salió de la habitación y continúo avanzando por el pasillo oscuro mientras Vástago emitía un haz de luz en abanico mostrando el camino. Diferente de Guardián que tenía una luz celestial, Vástago tenía una luz roja.
En ese momento la casa estaba a oscuras y en silencio. Todos durmiendo. Kain fue a la puerta de salida, la abrió y se encontró con el patio frontal iluminado por la luz de la luna que atravesaba las nubes. De repente paso una nube demasiado grande y todo se cubrió de tinieblas. Lo único visible era la luz roja del ojo de Vástago. Kain avanzó con Vástago levitando sobre su hombro izquierdo.
Kain se detuvo frente a la puerta torii roja que estaba a la entrada de los terrenos y miró a la calle. Había una tenue niebla a la altura de las rodillas, la calle pavimentada y del otro lado, las pequeñas chozas de los civiles. Todo estaba en silencio.
Kain miró a la izquierda, la calle bajaba con dirección al portón de acceso a la aldea —¿Está muy lejos?— preguntó
—Cinco minutos de viaje con la velocidad de un jounin especializado en mensajería— respondió Vástago
Kain sonrió y soltó un silbido de admiración —parece que alguien está muerto de miedo— dijo. Se cubrió de una película de energía purpura y comenzó a levitar poco a poco —apaga tu luz, no queremos que los otros se den cuenta—
—Entendido— respondió Vástago y limito la luz emitida por su ojo a un punto.
Kain rápidamente se elevó y alcanzo los cien metros de altura. Era como estar en la cima de la montaña con los rostros esculpidos de todos los kages. Konoha se veía pequeña, había algunas casas con luces encendidas, pero si recordaba bien, correspondía a los lugares donde vendían alimentos. Era gente que tenía que levantarse muy temprano para preparar sus fideos y otro tipo de comida que necesitaba una gran elaboración.
Kain miró a la izquierda, vio la gran muralla que rodeaba la aldea y más allá el bosque que rodeaba la aldea. Kain sonrió y voló a máxima velocidad dejando una corriente de viento. Avanzó sin que en apariencia nadie lo notara y en solo segundos llego a la puerta de acceso de la villa. Miró hacia abajo, activo su sharingan hasta el tercer tomoe y fue alejando su vista hasta que varios kilómetros más allá pudo ver a los shinobis buscando a alguien. Llevaban antorchas y daba la impresión de que perseguían a un monstruo.
Kain disminuyo su velocidad y se detuvo en medio del cielo oscuro —Vástago— dijo —escanea el área e indícame donde está Daisuke Nara—
—Procesando la solicitud, escáner activado— dijo Vástago con voz varonil, fría y sofisticada. Desplego un área de percepción equivalente a un kilómetro de diámetro —encontrado— continuo —enviando mapa de la región con los hostiles y el objetivo—
Kain curvo el labio derecho hacia arriba y apareció el mapa de la región en su rango de visión. Los hostiles eran veinte personas del clan Sarutobi con una señal amarillo y cien personas del clan Nara con una señal roja. El relieve del mapa estaba construido en verde debido a lo boscosa que era la región. Daisuke Nara estaba marcado con blanco y un círculo rojo a su alrededor. Estaba a doscientos metros de los Sarutobi, dirección Norte. Kain siguió volando a una velocidad moderada, pero manteniendo la altura. Vio a los clanes investigando el bosque con antorchas. Se movían en grupos de tres, algo que últimamente ocupaba la villa gracias a las tácticas de combate implementadas por Mari Hatake en la anterior guerra.
Kain miró hacia el grupo de Sarutobis que se mantenían unidos en un solo grupo de veinte, pero separados por varios metros para formar una sola línea de búsqueda. Kain levantó la mirada y observo más adelante, entre los árboles. Un hombre saltaba de árbol en árbol tratando de no llamar la atención. Era Daisuke y en su estado actual, era perfecto para lo que Kain quería hacer con él. No es como si Kain se haya olvidado de que Daisuke le intento robar en su cara. A Hiruzen le tenía cariño, así que no lo destruiría, pero a un tipo como Daisuke no le tenía ningún aprecio.
Kain voló un poco más rápido y supero en velocidad a Daisuke. Siguiendo su patrón de movimiento, se detuvo veinte metros por delante y se posiciono detrás de un árbol. Kain escucho el suave movimiento de Daisuke y el crujido de las ramas. Una vez que los pasos se escucharon cerca, salió de detrás del árbol y se quedó esperando. Kain estaba oculto entre las tinieblas mientras que lo único notorio eran sus ojos carmesíes con el sharigan hasta el tercer tomoe.
Por supuesto, Daisuke se detuvo al instante en la rama del frente y quedó mirando a Kain con miedo. El tipo miró hacia atrás como si supiera que le pisaban los talones.
—Hola, Daisuke ¿Cómo fue mi predicción?— preguntó Kain con una sonrisa en los labios
—Este no es momento, idiota— mascullo Daisuke como si estuviera apurado
Kain soltó una risita y le dijo —sino es ahora ¿cuándo?— lo quedó mirando y continuo —Vástago, atrapa a Daisuke generando el menor daño posible—
—Procesando, ejecutando comando de cacería— respondió la pequeña inteligencia artificial con forma de diamante levitando sobre el hombro izquierdo de Kain. Su ojo se encendió con un fulgor rojo, voló y se alejó de Kain. Daisuke se asustó al ver a la pequeña cosa roja volar en su dirección. Pensó que era algún tipo de jutsu.
Por su parte, Vástago canalizo energía en su ojo y lanzó con gran precisión y velocidad varios proyectiles que golpearon a Daisuke en sus manos y piernas. Daisuke cayó a tierra soltando un grito y se golpeó contra las gruesas raíces del árbol. El impacto lo dejo adolorido, sus ojos se abrieron amplios por la impresión del impacto, quiso gritar de dolor, pero se había quedado sin aire.
Kain frunció el ceño al ver lo torpe que fue el proceso. Si Vástago hubiera sido un poco más descuidado, hubiera matado Daisuke. Sea como sea, fue demasiado torpe y necesitaba ajustar el protocolo de cacería.
Kain saltó de su rama, cayó cerca de Daisuke y vio con su sharingan como la sustancia con la que Vástago golpeo las manos y piernas se endurecía hasta el punto de casi fusionarse con la madera de la raíz. Kain se acercó a las manos de Daisuke, toco la sustancia gris y la jalo con un poco de fuerza. Daisuke grito, sus muñecas crujieron como si sus huesos se hubieran roto. Kain arranco las manos de Daisuke de la madera junto a la sustancia gris y unos pocos retazos de madera.
Al mismo tiempo, un grupo de Sarutobi escucho los gritos y alerto al resto.
Kain tiro de las piernas de Daisuke y crujieron como si le hubieran roto los huesos. Daisuke soltó un alarido de dolor. Derramo lágrimas y murmuro —no más, no más, ya no te volveré a robar—
—Cállate, maldito llorón— murmuro Kain sin ningún sentimiento de culpa. Miró a su asistente, Vástago, quien levitaba a la izquierda. Kain lo miró al ojo con la luz roja y le dijo —llévanos a la nación del Rayo, en la costa—
—Procesando— respondió Vástago —ejecutando protocolo de transferencia. Solicitando permisos a unidad principal Guardián. Permisos obtenidos. Transferencia en 3, 2, 1…—
Kain, Vástago y Daisuke desaparecieron y cuando los Sarutobi llegaron no había nadie. Todos empezaron a dar vueltas, encontraron los rastros de corteza de la raíz arrancada y eso los animo aún más. Incluso se les unieron los Nara, pero no encontraron nada en toda la noche.
Por otro lado, Kain apareció en la costa de la nación del Rayo con Daisuke llorando porque le rompieron los huesos de las manos y piernas. Kain lo dejo sobre la arena y miró al horizonte. El mar se veía extenso, en calma, moviendo sus marejadas hasta convertirse en olas y llegar a la playa e invadir la arena. Estaba helado, muy helado, pero el aire era limpio y agradable.
Kain miró a Daisuke sobre la arena y le dijo —deja de llorar, salve tu inútil trasero— y le dio una patada en el estómago. Daisuke tosió, pero se quedó callado aguantándose el dolor. Kain sonrió y le dijo —mejor— acercó su mano con un brillo verde a ninjutsu medico potenciado por el elemento madera. Le tomo las manos a Daisuke envueltas con la masa gris y pegajosa impidiéndole el movimiento. Era tan fuerte que habían quedado algunos retazos de corteza de raíz pegados. Kain transmitió el chakra de ninjutsu médico, Daisuke grito, pero al segundo después se calló y sintió como se iba el dolor.
Después de sanarlo, Kain tomo a Daisuke por el cuello de la ropa oscura que ocupo para camuflarse, lo miró con seriedad y le dijo —cállate o te arrancare la cabeza—
Daisuke lo quedó mirando a los ojos con espanto y asintió varias veces.
Kain sonrió, siguió ejecutando el ninjutsu medico en las piernas y lo soltó. Daisuke seguía incapacitado por la masa gris y sentado sobre la arena mientras el oleaje sonaba de fondo y una gaviota pasaba graznando.
—¿Sabes para que te salve?— preguntó Kain
Daisuke levantó su rostro, miró a Kain a la cara y negó furiosamente.
—Tienes alguna utilidad, pero en tu estado actual eres basura. Tengo tus datos, eres Nara, eres inteligente, pero tu cuerpo es mierda. Eres igual de mentiroso que tu padre, Renzo Nara. Lo recuerdo, yo estuve ahí cuando él y Otani Sarutobi quisieron hacerse con el poder. Ahora está en la cárcel ¿No?—
Daisuke agacho la mirada, parece que eso último le dolió y se desmorono de lado sobre la arena, como si hubiera perdido todas las ganas de vivir.
—Alégrate, Daisuke, este es tu día de suerte— dijo Kain con una amplia sonrisa —puedes cambiar tu destino—
Daisuke lo miró y de repente Kain cubierto de pies a cabeza por una niebla oscura. Lo único que se veían eran sus ojos rojos por el sharingan con los tres tomoes.
Daisuke se asustó, pero no podía moverse. Aquella sombra oscura que conocían como Kain Uchiha, estiro su mano. Daisuke tiro su cabeza hacia atrás para evitarlo, pero Kain puso su mano sobre su frente y Daisuke grito peor que cuando le rompieron los brazos y piernas.