Todo lo que se hace mal, tienes que pagarlo tarde o temprano. El momento de pagar por mis errores y asumir las consecuencias de todos los actos atroces que cometí en el pasado, lo pagué en su debido momento.
Cuando pensé en que solo la oscuridad y la soledad habitarían en mi vida, la conocí a ella. Se convirtió en esa luz que me guío por ese camino amargo, oscuro y solitario.
Llegó a mi vida creando confusiones, creando una guerra entre mis sentimientos y emociones.
Desorganizó todas las piezas de ese rompecabeza retorcido que había formado a base del sufrimiento ajeno, como también llenó ese vacío que en mi alma se sentía.
Me hizo conocer lo que era la humanidad, lo que para mí siempre fue algo desconocido e innecesario comprender. Me enseñó a perdonar, a creer, a amar. Me enseñó lo que es la verdadera felicidad y la riqueza.
La verdadera riqueza no se encuentra en el dinero que posees, la encuentras en la calidad de las personas que te rodean; esas personas que permanecen contigo, a pesar de todo.
Pude tener una familia; mi familia. Algo que nunca pensé que tendría. Jamás imaginé que pudiera amar algo o alguien más, de lo que me amo a mi mismo.
¿Quién diría que alguien que ha hecho tanto mal durante toda su vida, pudo haber sido bendecido de la forma en que yo lo he sido?
Daisy; solo con oír ese nombre me causa una emoción indescriptible en el pecho. Ha sido la mujer más maravillosa que pueda existir. Buena madre, sobreprotectora, cariñosa, de vez en cuando bastante celosa, pero creo que ya me he ido acostumbrando a ello.
Nuestros hijos; Mía, Joe y Joel, cada día que pasa están más grandes. Tienen el mismo genio que yo, algo que hace que muchas veces Daisy quiera colgarme, pero no tengo culpa.
Físicamente Mía se parece mucho a Daisy, mientras que Joe y Joel, se parecen mucho a mi; es como verme cuando era niño.
Dos veces al mes, llevamos a los niños a un campamento familiar, donde los hemos adiestrado correctamente y fielmente.
Mía es una copia de Daisy, cuando de ataques de cuerpo a cuerpo se trata, mientras que Joe y Joel son más buenos en tiro al blanco. Pueden manejar varias armas con facilidad, como mencionar todas las partes de ellas. Ambos nos salieron unos genios.
Mía tiene buena puntería, pero prefiere seguir los pasos de Daisy. Sus modos de ataques son impresionantes. Hemos considerado inscribirla en boxeo el mes que viene.
Por otra parte, Daisy y yo nos alejamos por completo del bajo mundo y las malas conexiones, para así dedicarnos a nuestros hijos. No hemos tenido problemas con nadie, aún así siempre estamos bien pendientes y preparados para todo.
Luego de su recuperación, Alfred se ha mantenido con nosotros hasta ahora. Su mamá falleció a las dos semanas que regresamos, pero él ya estaba preparado mentalmente para eso. Al menos pudo despedirse de ella el día antes.
De Kwan, no supimos nada más, pero no creo que esté mal. Él ya tiene una mujer que se preocupa por él, así que no tengo que meterme en sus cosas; además no es como que me importe en realidad lo que pase con él.
De Akira y Lin no supe nada tampoco; desde que surgió lo de Kwan, me desconecté por completo de todos ellos.
De Juliana lo último que supe por boca de su mamá, fue que estaba bien. Aún continúa con el padre de sus hijos, y teniendo una buena vida en familia. No me he acercado a ellos porque no quiero mezclarlos en mis asuntos. Me prometí a mi mismo que no iba a involucrar a más inocentes en mis problemas.
Ahora vivo la vida agradecido por haberme dado la oportunidad de estar al lado de ellos, de poder verlos crecer y de haber arreglado la miserable vida que llevaba. Con los golpes que me ha dado la vida, comprendí el valor que tiene una familia, que es un valor incalculable; tan incalculable, como el amor que siento yo por ellos.
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