Han pasado aproximadamente dos semanas. El trabajo ha ido muy bien, por suerte no han habido problemas. Gina y yo hemos estado un poco más juntas, salimos luego del trabajo a comer o a tomar algo, la mayoría de las veces. Pudimos pasar un día en el parque con nuestros bebés, mientras Akira no estaba. Kaori parecía disfrutar de estar en compañía de ella y su hijo Ozami, se llevan unos 2 años de diferencia, pero son un amor.
Luego de regresar Akira, la situación en la casa sigue siendo la misma. Regresó a la semana, pero ha estado tan ocupado con el Hotel y sus negocios, que es muy poco el tiempo que lo he visto o hemos pasado juntos. Viene a ver a Kaori todos los días, aunque sea por unos momentos y se va. Me he sentido un poco sola últimamente. Sé que aún no hemos arreglado nuestra diferencia de la última vez. No quisiera que sigamos así de distantes, porque me hace mucha falta. La habitación se siente vacía, la casa también sin su presencia. En el trabajo tampoco lo veo, es claro que le dije que no me buscara, pero muchas veces quisiera correr a donde está y poder pasar un rato con él.
-Esta noche tenemos la esperada fiesta para todos los huéspedes, estarán sirviendo y atendiendo exclusivamente a sus respectivos huéspedes de piso. Así será más organizado, ¿Están claras? -nos informó la supervisora.
-¿De qué fiesta habla? No había escuchado nada sobre eso- le pregunté a Gina.
-El primer día hablaron de ella, pero tú no estabas. Es más bien una fiesta que va por la casa, fue anunciada y preparada por el Sr. Akihiro.
-No tenía conocimiento- supongo que Akira va a estar, así podré verlo, aunque sea de lejos-. ¿Hoy estaremos todo el día y hasta la noche aquí?
-Si, por desgracia; aunque tenemos suerte que nuestros huéspedes son muy amables y buenas personas-Gina rio.
-Es cierto- reímos.
La tarde pasó muy rápido, todas hemos estado ocupadas. Nadie ha tenido tiempo de tomar aire siquiera. Hemos estado organizando y repartiendo las invitaciones directamente. Me sentía muy cansada, porque en las noches no estoy descansado bien, con la espera de ver entrar a Akira es imposible poder dormir.
-¿Estás bien?-me preguntó Gina.
-Algo cansada, pero así estamos todas. No sabía que era tanto trabajo preparar una fiesta.
-Si hacemos algo mal, nos van quemar vivas, será mejor darnos prisa- seguimos organizando todo hasta que terminamos nuestra área. Quedaron en asistir la mayoría de nuestros huéspedes, sólo espero les guste el área que les preparamos.
-¡Por fin!- Gina soltó un suspiró de alivio.
-¿Será que nos da tiempo de ir al baño? Estoy llena de sudor. Todo el día hemos estado a las carreras.
-Preguntemos -fuimos donde la supervisora y nos dio el permiso.
-¡Esto es vida! - ambas nos refrescamos la cara y suspiramos a la vez.
-Ahora solo falta esperar a que se organicen las demás para poder servir- estuvimos un corto tiempo en el baño y salimos.
Al llegar la hora, llegaron los huéspedes y se organizaron en nuestra área. Amablemente les servimos a cada uno de ellos, entre comida y vino. No he visto a Akira por ningún lugar, aunque anunciaron que diría unas palabras, pero aún no había subido a la tarima.
-¿Srta. Reiko?- un mesero me llamó por mi nombre.
-Sí, dígame. ¿Necesita algo?
-El Sr. Akihiro me envió a darle esto, dijo que es su preferido - me brindó una copa de vino.
-No puedo tomar en horas de trabajo.
-Él lo ordenó. Quedó en buscarla en unos instantes, señorita. Solo cumplo con mi trabajo.
-Gracias-¿Qué planea Akira? Tomé solo un poco y la puse sobre la mesa. Era muy dulce, no puedo darme el lujo de embriagarme en pleno trabajo. ¿Acaso no piensa en eso? A menos que esté pensando embriagarme para hacer de las suyas.
Vi a Akira subir a la tarima. Se veía tan guapo y elegante como siempre. Me quedé mirándolo y desnudándolo con la mirada. Sacudí mi cabeza al pensar en cosas indebidas en pleno trabajo. ¿En qué estoy pensando?
-Señorita, me podría servir un poco de vino, por favor- dijo uno de los huéspedes.
-Claro- le serví más vino.
De la nada mi cabeza me comenzó a dar vueltas, sentí mi corazón muy acelerado y un escalofrío constante en todo mi cuerpo.
-Gina, atiende la mesa un momento por mi, por favor. Tengo que ir al baño-le pedí.
No debí haber tomado ese poco de vino. En pleno trabajo y me pongo a tomar, que descarada e irresponsable soy. No debía haberme dejado llevar por Akira. Mi cuerpo se sentía extraño y caliente.
-¿Qué haces aquí, preciosa?- escuché la voz de Akira.
-¿Qué haces en el baño de las mujeres?- pregunté, algo agitada.
-Eres tú quien está en el baño de los hombres, ¿Qué haces aquí?
-Akira, me siento extraña.
-Estas roja, ¿Tienes fiebre?- se acercó y me tocó la frente. Su simple toque, hizo que mi cuerpo se sintiera más extraño.
-Akira, tócame más -no sabía lo que estaba diciendo, pero sentía muchas ganas de que me tocara.
-Lisa, no juegues así conmigo.
-Por favor, tócame más.
-Ven conmigo- Akira me llevó en sus brazos a uno de los cuartos vacíos del Hotel y me acostó en la cama-. ¿Tanto tiempo te he desatendido que te sientes así, princesa?
-Me he sentido muy sola, eres muy malo.
-Eso se puede solucionar, ¿No crees? Solo me hacía falta escuchar eso de ti. Si fueras más honesta y me dijeras estás cosas que estás diciendo ahora, no habrían malentendidos entre los dos, princesa-Akira desajustó su corbata.
-Mi cuerpo se siente extraño, Akira.
-¿Aquí?-besó mis piernas. Mi cuerpo se sentía demasiado caliente.
-Te quiero dentro de mi, Akira. Apúrate.
-Eso no es normal en ti, pero me gusta tu forma de pedir las cosas. Te ves tan dulce ahora mismo-Akira removió mi ropa interior y se acercó a mí boca, y en instantes escuché el cierre de su pantalón. Sentía una sensación extraña saliendo de mi interior, ¿Qué me pasa? Akira me besó y mi cuerpo temblaba demasiado.
-Lisa, ¿estuviste tomando?-Akira se detuvo.
-Solo un poco de lo que me enviaste.
-¿De lo que te envié?- preguntó confundido.
-Sigue, por favor-Akira se levantó de la cama y me miró fijamente, una mirada que me preocupo, ¿será que no quiere hacerlo conmigo?
-¿A donde vas? No te vayas-me levanté de la cama, y pude sentir una sensación extraña saliendo de mi.
-Lisa, estás sangrando. Hay que ir al hospital -Akira estaba visiblemente asustado. Miré mi uniforme y la cama, todo estaba lleno de sangre.
-¿Qué está pasando, Akira?- toqué el uniforme.
-Alguien te drogó.