Aurora observó la ciudad desde lo alto de un gigantesco palacio.
Ella estaba acostumbrada a las vistas de grandes metrópolis en la tierra. Ver ciudades inmensas con gigantescos edificios para ella siempre fue la norma.
Era hasta el punto de que había visto la Ciudad Zerzura levantarse desde abajo y literalmente llegar a lo más alto con sus edificios, pero la vista de su posición era diferente.
Ella se encontraba en lo alto de una de las torres que se encontraba en uno de los tantos palacios que se extendían por la ciudad imperial.
Tal era el nombre que se le dio al conjunto de palacios que fueron construidos para cada emperador y en el que ella se encontraba era bastante único por sus múltiples torres azules que emanaban una fuerte presencia mágica.
Este edificio era el más alto y el que tenía mejor vista hacia más allá de la ciudad imperial.
A varios kilómetros de distancia más allá de diferentes palacios, castillos y mansiones de todo tipo se encontraba la verdadera ciudad.
Filian, la ciudad de la magia y lo que actualmente era considerado como el centro del mundo y capital del Imperio Falion.
Una ciudad con millones de habitantes comparable a las más grandes metrópolis de la tierra y a pesar de que Aurora estaba lejos, podía ver las altas torres y también decenas de torres flotantes que se alzaban por el cielo.
La vista era única.
"Cuando quieras podremos salir a hacer turismo." Dijo Cithrel desde su espalda.
Aurora se giró a mirar a su amiga.
Cithrel estaba bebiendo té tranquilamente en el balcón y Aurora notó el brillo de los ojos de su amiga. Ella se veía bien y se notaba animada.
Los ojos azules literalmente brillaban de vez en cuando mostrando líneas azules que conectaban su pupila dando la impresión de que la energía mágica la rodeaba de manera electrizante.
Llevaba un vestido corto, pero la manera que tomaba su bebida estaba llena de confianza y gracia única. Ella se veía majestuosa e imponente y extremadamente elegante.
Aquí estaba la futura Emperatriz del Imperio Falion, uno de los más grandes imperios de Terra nova.
"Quizás." Murmuró Aurora sin decir nada sobre el aura de Cithrel.
No era que su amiga estuviera actuando arrogantemente, sino que estaba en lo que Aurora llamaba como 'modo trabajo'. Era probable que ella también mantuviera otra actitud cuando se trataba de trabajo y lo único que había que hacer era acostumbrarse.
"Vamos. Que esa mujer no te cree prejuicios contra nosotros. Más allá de la ciudad es espléndido. La gente, la magia, los puntos de entretenimiento." Dijo Cithrel y con cierta emoción, añadió. "Tenemos cientos de universidades de todo tipo. Te encantaran."
Cithrel reveló un toque de emoción al hablarle de la universidad quizás recordando su tiempo en la academia, pero Aurora sonrió suavemente.
"No vine aquí para vacaciones. Me gustaría tener la oportunidad de entrenar." Mencionó Aurora sinceramente y notó que Cithrel frunció el ceño.
"¿De verdad? Incluso más allá de nuestras ciudades hay un gigantesco mundo para explorar. Ciudades enteras de diferentes culturas y razas con historias milenarias." Dijo Cithrel tratando de atraerla. "¿No me digas que no estás interesada en ver lo que ofrece este mundo?"
La pregunta causó que Aurora pusiera una expresión difícil sin poder negar que sentía curiosidad.
No iba a negar que le interesaba lo que Terra nova podía ofrecer más allá de las bestias y el combate, pero al final quiso mantener su objetivo principal y Cithrel lo notó y suspiró.
"Sabes se viene mi coronación. ¿También me rechazaras?" Preguntó Cithrel.
"Por supuesto que no. Si tengo la oportunidad asistiré." Confirmó Aurora de inmediato provocando una sonrisa.
"Entonces tengo una oportunidad para hacerte cambiar de parecer sobre el turismo." Dijo Cithrel y poniéndose en una posición de negocios con una mirada seria, explicó. "Mi coronación se acerca y todos estamos ocupados. Imagínate estamos tan ocupados que tuve que contratar gente nueva como Helisent. Así de ocupados estamos."
Aurora dio una sonrisa al notar el desprecio de Cithrel en su voz y siguió escuchando atentamente.
Ella sabía sobre la coronación y era imposible que la coronación de la siguiente Emperatriz fuera algo pequeño. Incluso en la tierra se mencionaba al Imperio Falion sobre cualquier otro imperio o reino de este mundo.
Que ellos fueran lo que viajaron a la tierra primero demostraba la clase de influencia que ejercían.
Sin embargo, Cithrel en este momento apuntaba a otro asunto que su coronación.
"Estas aburrida." Dijo Aurora al darse cuenta y viendo que Cithrel fue sorprendida al ser descubierta, añadió. "Es raro que no estés con Venali y también no he visto a Taqiyya."
Era raro que Venali dejara sola a Cithrel ya que ellas siempre iban juntas y el galante caballero se trajo a su damisela cuando ella volvió a su hogar. Taqiyya no estaba aquí y era normal que Cithrel se aburriera.
"¿Soy tan fácil de leer?" Murmuró Cithrel y dio una sonrisa. "Taqiyya está en el reino autónomo de los enanos aprendiendo todo tipo de artes y Venali está muy ocupada ahora que heredo el marquesado de su familia."
Aurora no estuvo sorprendida del trasfondo de Venali, ya que suponía que era alguien importante. Aun así, notó la mirada de Cithrel y esa sonrisa que daba al hablar de ambas dejaba ver calidez.
También en esa sonrisa se notaba un ligero toque de soledad.
"No me engañaras, aunque hagas pucheros." Murmuró Aurora no queriendo ceder ante la mirada lamentable de Cithrel.
"¿De verdad?" Murmuró Cithrel haciendo un puchero pareciendo una niña y luego estalló en risa y exclamó. "¡Por supuesto que la Protectora de Zerzura no caería por los encantos de una seductora vampiresa!"
Fue melodramática y exagerada, pero al instante aplaudió y dio una sonrisa malévola.
"Sin embargo, no soy una vampiresa. Soy la dueña de este imperio." Dijo Cithrel y manteniendo la sonrisa llena de confianza, añadió. "Solo por tu tiempo te puedo ofrecer todos los recursos del imperio."
Aurora dudó, pero Cithrel levantó la mano de inmediato para que le dejara continuar.
"Aurora las armaduras vivientes que viste son decoraciones. ¿Te agrado Melorrill? Tenemos una orden dirigidas por dragones mitológicos. Básicamente un grupo de viejos semidioses de miles de años. Elfos, humanos y múltiples razas con destrezas, artes y experiencias que es incomparable a la tierra." Dijo Cithrel y mirándola seriamente, añadió. "Controlamos áreas prohibidas, planos y tenemos colonias prácticamente en otros universos. Miles de calamidades, cientos de semidioses e incontables de altos rangos."
La mirada de Cithrel era solemne y seria. Ella estaba orgullosa de hablar del poderío su imperio y era tal orgullo y confianza lo que hizo que Aurora no pudiera rechazarla.
Lo que le estaban ofreciendo era más de lo que Aurora podía imaginar.
¿Con cuantas personas de alto rango podría entrenar? Aquí el 'alto rango' eran rangos SS y SSS. Personas que han vivido miles de años, incluso individuos de otras razas y con historias o experiencias tan extensas que no podía imaginar.
Y todo estaría a su disposición solamente si ella daba algo de su tiempo.
"¿Me permitirán entrenar?" Dudó Aurora queriendo buscar una excusa pensando en la 'sirvienta' que se encontró antes.
"¿Helisent? Dios. La hubiera ejecutado." Murmuró Cithrel con cierto disgusto y al ver su expresión, explicó. "Veras. Cuando era niña prohibí que todos los nobles educaran a sus hijos, así que algunos no crecieron con los modales correctos."
"¿Disculpa?" Murmuró Aurora sin entender a lo que se refería y Cithrel suspiró.
"Bueno. Me pregunte, ¿qué pasaría si niños que tienen todo crecen sin recibir la guía de sus experimentados padres? Obviamente fueron educados por los mejores profesores, pero la educación se trató de habilidades. Ya sabes literatura, modales y ese tipo de cosas." Dijo Cithrel y dando una media sonrisa, detalló. "Mi idea era mantener a aquellos que a pesar de tener todo fueran conscientes de sus posiciones más allá de su estatus social y en caso contrario… Bueno, elimino ramas de nobles insignificantes."
"¿Cuándo tuviste esa idea?" Preguntó Aurora sin ocultar su expresión llena de rareza.
"Creo que fue a los cinco años. Mis padres no me educaron y estuve con mi abuela toda mi infancia, así que estaba un poco celosa." Dijo Cithrel y tosiendo en calma, declaró. "Créeme no creo que ganes nada entrenando con ellos, pero bueno si quieres se puede ordenar y si hacen algo mal me deshago de ellos. Todos ganamos."
Al terminar Cithrel se encogió de hombros y bebió té con tranquilidad.
¿Dio una orden de tal magnitud a sus cinco años y fue cumplida en todo el imperio? ¿Era normal que una niña tuviera tal autoridad?
Aurora mirando a Cithrel beber con tranquilidad tuvo otra pregunta… ¿Fue una orden dada en un berrinche o detrás de sus celos también había una motivación mayor?
Ahora mismo Cithrel se estaba aprovechando de esa falta de educación y principalmente del sentido común y enseñanza. Si los padres hubieran enseñado los secretos, gustos o motivaciones de Cithrel a sus hijos, esos niños podrían haberse acercado a ella, pero como no la conocían no sucedió.
Y si aquellos que no eran lo suficiente inteligente no se daban cuenta a tiempo de lo que apuntaba la futura emperatriz entonces se llevaban una sorpresa. Similar con Helisent que quiso ganarse a Cithrel cumpliendo una orden, sin darse cuenta de que su forma de llevar a cabo la orden casi le causa la muerte.
"Estoy curiosa sobre lo que te enseño tu abuela." Murmuró Aurora sabiendo que la 'abuela' de la que hablaba no era la sanguina, sino que la Diosa del Conocimiento.
¿Qué cosas le enseñaba a una niña a esa edad? Por supuesto, Aurora no era nadie para juzgar la educación de otra persona ya que desde pequeña ella también tuvo una infancia única.
"Espero que no me ocupe tanto tiempo." Dijo Aurora luego de suspirar y viendo que Cithrel sonreía como si hubiera predicho su respuesta. Añadió. "Y tampoco quiero tesoros milagrosos ni cosas extrañas y si me la das la pagare. Solamente quiero entrenar."
Su tono fue ligeramente gruñón y fue a causa de Cithrel que sonreía con tanta superioridad. Por supuesto, sus palabras eran honestas, entendía que en Terra nova existían todo tipo de elixires y bebidas y ella únicamente quería obtener experiencia de combate.
No deseaba aprovecharse de su amiga sin importar la posición que Cithrel tuviera.
"Bien, bien. Nada de tesoros milagrosos o divinos. Una lástima la carne de dragón y el vino de savia del Árbol del Mundo es delicioso." Dijo Cithrel en calma y sin esperar que ella respondiera, aplaudió y Melorrill entró de inmediato. "Llévate a Aurora a la Orden Blanca. Le encantara entrenar con ellos."
Melorrill asintió en calma y le hizo una señal para que la siguiera.
Aurora que vio lo rápido que Cithrel actuó parpadeó mirando a esa dragona y luego a Cithrel que le sonreía casualmente.
¿Cayó en una trampa? Aurora simplemente suspiró.
Era demasiado tarde para arrepentirse.
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Aurora exhaló y se afirmó en la pared mientras jadeaba de cansancio.
Su cuerpo estaba agotado, pero con cada respiración profunda se recuperaba a una velocidad que todavía la seguía sorprendiendo.
Manteniendo la respiración tranquila bajó su cabeza y observó el área de entrenamiento en la que se encontraba.
Estaba en uno de las múltiples áreas de entrenamiento dentro del cuartel de la Orden Blanca. Un nombre curioso para Aurora que había estado entrenando con ellos por varios días, pero que en cierta forma tenía un significado claro.
El área de entrenamiento principal en el que se encontraba media alrededor de unos quinientos metros cuadrados y ella estaba en uno de los bancos cerca del cuartel, en donde era capaz de ver como todos los caballeros entrenaban.
La Orden Blanca estaba compuesta de 'caballeros' que generalmente usaban armas frías. Aurora en este momento veía todo tipo de personas.
Diferentes hombres y mujeres usando espadas largas, espadas y escudos, hachas, sables y prácticamente diferentes armas frías de todo tipo. Entre ellos las razas eran diversas.
Enanos, elfos, hombres lagartos y mayormente eran compuestos por humanos y todos ellos eran caballeros pertenecientes a la Orden Blanca.
La mayoría de los caballeros eran rangos SS y los capitanes que lideraban los diversos escuadrones de caballeros eran rangos SSS, lo que los convertía en una fuerza que probablemente podría poner en jaque a la tierra.
Cerca de quinientos caballeros eran parte de la fuerza principal de la Orden Blanca y diez capitanes, lo convertían en una fuerza considerable.
Lo mayor era que cada uno de ellos eran hábiles a niveles que Aurora pocas veces había visto.
Aurora se quedó perdida en como una mujer movía su espada horizontalmente con movimientos simples dando la impresión de que su espada buscaba lastimar.
Luego vio un enano que manejaba dos hachas y a pesar de su velocidad su forma de moverse siempre estuvo centrada a la defensa, muy diferente al caballero con espada y escudo que se enfrentaba, que parecía apoyarse en una mezcla de defensa y ataque bien mezclada.
En otra parte un elfo delgado usando un estoque luchaba y cada uno de sus movimientos parecían apuntar a partes vitales del cuerpo, pero eran de tal manera que Aurora sintió que quería incapacitar en vez de matar.
A diferencia del oponente del elfo, una joven mujer lagarto lanzaba cada movimiento con letalidad.
Aquí no importaban las 'artes', el 'estilo' o la 'destreza' cada caballero tenía una razón detrás del balanceo de sus armas y cada razón era diferente a otros.
Cada uno de los caballeros eran únicos.
Manejaban sus espadas para matar, para proteger, para ayudar, para incapacitar e incluso por disfrute. Cada uno de ellos tenían una razón y tal razón era lo que los empujaba a mejorar cada vez más y cada uno de ellos tenía una destreza sin igual en su campo.
No había duda de que el Imperio Falion le daba recursos para que ellos alcanzara su potencial, pero la destreza que ellos demostraban no solamente se podía conseguir con talento o simplemente dedicación.
Se trataba de una fuerza de voluntad que los empujaba a mejorar.
Por tal razón la orden se llamaba 'Orden Blanca'. En cierta forma lo blanco provenía de la voluntad y el objetivo que guiaba cada espada.
No se trataba de que fuera un objetivo o una razón 'buena' o 'mala', simplemente se trataba de la pasión y dedicación que cada uno de los caballeros mostraba. Una dedicación pura.
"¿Agua?"
Una voz sacó a Aurora de sus pensamientos y ella se giró para mirar a Melorrill que se le había acercado sin que ella se diera cuenta.
Melorrill le sonrió compartiendo una bebida ligeramente azulada.
La mujer era delgada y joven. Parecía en sus veinte y tantos, de piel ligeramente bronceada y una sonrisa atrapante.
Le gustaba usar una camisa suelta y pantalones cortos dejando ver sus piernas.
Sin embargo, la juventud se perdía cuando uno veía los ojos en forma de lagarto que no ocultaban ni su edad o su disposición.
"No es nada caro. Su Majestad está cumpliendo su parte del trato." Dijo Melorrill al darse cuenta de que ella se quedó mirando durante un tiempo.
"Gracias." Respondió Aurora sabiendo que el 'agua' era normal en este cuartel.
Ella al beber un tragó sintió como el líquido entraba por su garganta y luego se deshacía causando una fuerte ola de energía por todo su cuerpo que fue absorbido al instante.
Aurora no se sentía sedienta, pero bebió todo de un trago e incluso al terminar sintió que todavía su cuerpo necesitaba más… Tal hecho demostraba que incluso una bebida mágica tan pura como la que estaba bebiendo no podía satisfacer la capacidad de absorción de energía mágica de su cuerpo.
"¿Qué tal es?" Preguntó Melorrill observándola atentamente.
Tal pregunta no se refería a la bebida, sino que a los días desde que ella había llegado al palacio imperial y…
"Increíble." Murmuró Aurora y sin contener su emoción, continuo. "He luchado con más rangos SS de lo que he podido enfrentar en la tierra. Incluso he enfrentado a rangos SSS."
Unos días desde su llegada aquí y había estado luchando y entrenando de manera interminable. Un entrenamiento detrás de otro y aquí no había necesidad de contenerse.
Si se deseara el combate podía ser hasta la muerte… Quizás Aurora no había llegado a ese límite, pero si había luchado con todo como si fuera una batalla mortal y no lo hizo por su regeneración que en este mundo era tan alta.
Ella estaba dispuesta a salir gravemente herida porque aquí existían magos de rangos SSS que estaban designados a los escuadros y se encargaban de curar cualquier herida por más grave que fuera.
Era más, la idea de poder luchar hasta la muerte no era mentira ya que entre esos rangos SSS algunos eran sacerdotes de múltiples dioses, incluyendo a la Diosa del Conocimiento que podría ayudarlos a revivir.
Tampoco se necesitaba centrarse en los dioses. El Imperio tenia expertos nigromantes, magos espirituales y básicamente incontables expertos que podrían revivir a los muertos con facilidad.
¿Cómo podría no estar maravillada con todo lo que le ofrecían?
"Hasta tienen una habitación del tiempo." Murmuró Aurora pensando en lo que más le atraía.
"¿Habitación del tiempo?" Dudó Melorrill sin entender y luego soltó una risa. "¿Te refieres a la sala de entrenamiento especial? Si es una maravilla, una pena que Aión sea tan quisquilloso que restringe a aquellos que quieren aprender magia del tiempo."
"No lo restringió demasiado." Murmuró Aurora sin ocultar su honesta impresión.
Si bien ella no sabía la complejidad de la magia del tiempo, la verdad era que la sala de entrenamiento era capaz de activarse aprovechándose de la energía magia de múltiples rangos SSS.
Era capaz de disminuir el tiempo interno comparado al exterior y era capaz de convertir una hora de entrenamiento real en un día de entrenamiento en el interior.
Lo que llevaba a que ella pudiera disfrutar batallas constantes y obtener la mayor experiencia en el menor tiempo.
Tal increíble construcción mágica fue diseñada por un mortal.
"Su Majestad Rodwen es un talento que incluso rivaliza dioses. Lamentablemente no aprovecho ese talento por completo." Dijo Melorrill y recibiendo su mirada, se encogió de hombros. "La sala de entrenamiento fue algo que hizo por capricho y ahora se utiliza como recompensa para los mejores caballeros."
La creadora de la 'habitación del tiempo' era la tía de Cithrel, Rodwen Falion. La antigua Emperatriz del Imperio Falion y quien era conocida por su destreza en la magia.
"Una mujer sorprendente." Dijo Aurora honestamente.
Ella no era maga, pero era imposible no reconocer la capacidad de que alguien tan capaz. A diferencia de los sacerdotes de la Iglesia del Espacio y el Tiempo en la tierra, aquí la creación fue puramente mágica y no relacionada a la iglesia.
Aurora al pensar en esa iglesia y el dios su humor decayó un poco.
"¿Cuánto tiempo crees que necesites para tener otro duelo conmigo?" Preguntó Melorrill con curiosidad y apenas vio su expresión, sonrió.
"¿Puedo?" Preguntó Aurora curiosa y a la vez expectante.
La idea de volver a enfrentar a Melorrill le interesaba y si bien un par de días de entrenamiento no le permitirían derrotarla, si lo intentaba varias veces podría tratar de encontrar una manera de enfrentarla.
Tal emoción e ideas fue fácilmente leída por Melorrill que soltó una risa.
"¡Por supuesto! Su Majestad estaría encantada si ayudo a su amiga." Respondió Melorrill con calma y sonriendo sutilmente, añadió. "Y tu madre también estaría contenta si ayudo a su hija."
Aurora no se sorprendió de que Melorrill hablara de su madre con cierto acercamiento y era normal ya que esa mujer estuvo en la tierra durante la guerra demoniaco-europea en la que los terranovense fueron a la tierra.
Por supuesto, era probable que muy pocos supieran que el rango SSS que fue, en realidad era una dragona mitológica que era comparada a un semidiós.
"¿Cuál es la diferencia de luchar en tu forma real a tu forma humanoide?" Preguntó Aurora con curiosidad.
"¿Crees que puedes ganarme si estoy en esta forma?" Cuestionó Melorrill entendiendo a donde apuntaba su pregunta y levantando su mano, añadió. "Mi forma verdadera me permite mostrar todo mi potencial. Mis escamas son impenetrables, mi carne y músculos son sólidos y mi sangre hirviendo puede quemar a los descuidados. Cada parte de mi cuerpo es un arma mortal."
Cada parte del cuerpo era mortal y por tal razón eran consideradas tesoros… Aurora pensando en las leyendas de armas creadas a partir de garras de dragones o armaduras creadas a partir de escamas, no pudo evitar tener ese pensamiento.
La piel del brazo levantado se convirtió en pequeñas escamas y la mano se convirtió en una garra draconiana y ella sonrió al volver a la normalidad.
"Por supuesto la mayor ventaja de cualquier Dragón Mitológico es nuestra divinidad. Nuestra especie alcanza la divinidad con el tiempo y la mejor forma de usarla es en nuestra forma de dragón." Dijo Melorrill y en calma, explicó. "Cuando nuestra divinidad se combina con nuestras auras es cuando mostramos nuestro verdadero poder. Yo puedo quemar ciudades enteras, pero por ejemplo un Dragón Azul podría congelarlo o un Dragón Verde podría engullir ciudades con su aura de naturaleza."
Diversos dragones tenían afinidades a diferentes elementos y si bien no todos alcanzaban la cumbre de su poder, una vez que lo alcanzaban se convertían en seres temibles.
Al menos tal era lo que Aurora había aprendido en sus conversaciones sobre los dragones.
"¿Interesada en el título de asesina de dragones?" Preguntó Melorrill con una sonrisa ligeramente interesada.
"No, pero estas cerca." Respondió Aurora en calma.
"Oh. Asesina de dioses. Me gusta tu ambición." Respondió Melorrill con cierta arrogancia y pensándolo, añadió. "Para igualarnos necesitas un estatus similar al nuestro o superar limites mortales. Me he enfrentado a un humano que siendo un rango SS podía herirme."
Aurora se interesó de inmediato.
No reveló su objetivo porque era cercana a Melorrill, sino que estaba interesada en la experiencia de alguien que había vivido más de diez mil años podía ofrecer y tal como espero la respuesta le intereso.
¿Un rango SS enfrentándose a un Dragón Mitológico? ¿Se enfrentó a un Semidiós y pudo herirlo? Aurora no se había enfrentado a un Semidiós, pero para ella un rango SSS ya era una potencia, no podía imaginar lo que significaba enfrentarse a un Semidiós con todo su poderío.
"No me mires de esa manera. Nunca aprendí como lo logro." Dijo Melorrill y viendo que sus hombros decaían, añadió. "Pero entiendo algo. Esa persona superó barreras que mortales apenas han tocado. Magia que incluso dejaría a dioses envidiosos y temerosos."
¿Se enfrentó a un mago? A Aurora le vino el nombre de una persona que se rumoreaba que luchó en contra de dioses, pero a pesar de las historias, ella le encontró dificultades para aceptarlo.
¿Qué nivel destreza necesitaba alcanzar su espada para lograr algo de ese estilo? Quizás Melorrill hablaba de un mago, pero en cierta manera, Aurora no creía que un espadachín no pudiera lograr lo mismo que un mago.
Tal idea no era por arrogancia sobre el arte de espada que ella manejaba, sino que ella observó a un hombre que se acercaba que era lo más cercano a su respuesta.
El hombre que se acercaba hacia ellos era alto y de unos cuarenta años con ojos claros. Su expresión era tranquila y solemne. Un cuerpo delgado cubierto por una coraza que cubría su pecho. Pantalones de cuerpo del ejército similar a todos los caballeros.
El hombre caminó tranquilamente manteniendo su mano en la espada enfundada en su cadera y si bien su mirada y la caminata revelaba calma, Aurora lo sabía.
El hombre era el pináculo de lo que un mortal en el arte de esgrima podía alcanzar.
Aurora se levantó de su asiento de inmediato y vio como el hombre se inclinaba en saludo.
"Disculpe mi tardanza, Su Excelencia. Ya he delegado mis deberes, ¿le gustaría empezar con el entrenamiento?" Dijo el hombre en calma.
Duque Harmald el capitán de la Orden Blanca conocido como la 'Espada Honesta'. A pesar de que parecía estar en sus cuarenta y tantos, Aurora sabía que tenía unos cientos de años y era uno de los Semidioses del Imperio Falion.
Un Semidiós del camino de la espada hizo tiempo en su ocupada agenda para ella.
"¡Por supuesto!" Respondió Aurora con una emoción que ella no pudo ocultar.
Melorrill era increíble, pero el hombre para ella lo era aún más. Un humano que alcanzó la divinidad del camino de la espada estaba al frente de ella y Aurora estaba emocionada por el entrenamiento.
Tal emoción fue visible y el Duque Harmald fue contagiado por su honesta pasión.
"Sera un placer ayudarla." Dijo el Duque Harmald señalando el campo de entrenamiento.
Aurora se despidió de Melorrill y sonrió siguiendo al Duque Harmald.
Emocionada por todo lo nuevo que podía aprender.
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