En una silenciosa oficina en donde se escuchaba solo los movimientos de las hojas de los documentos, fue interrumpida cuando de repente la puerta se abrió.
"¿Has visto lo que sucedió en Sudamérica?" Preguntó Melorrill entrando con una gran sonrisa en su rostro.
Ni siquiera tocó la puerta… Agatha dio un ligero suspiro y le hizo una señal a su secretaria y luego invitando a Oprovana que estaba siguiendo a Melorrill.
Esa 'elfa' se distraía con suma rapidez y tras guiar a la nueva Reina del Bosque Mágico para que estudiara magia, se acercó a Oprovana.
Ahora la gran nigromante estaba en calma mientras el velo ocultaba parte de su rostro, solo dejando ver ligeramente los ojos dorados que estaban al otro lado.
Y en esos ojos dorados, Agatha vio un respeto que antes no existía.
¿Qué demonios hizo Melorrill ahora?
"¡Al final Víctor lo logró antes de fin de año!" Exclamó Melorrill ignorando su mirada y con una gran sonrisa, anunció. "Estoy seguro de que tiene posibilidades y más si Ersin está a su lado."
Ocultó su sonrisa infantil con su mano y luego se rio divertida cuando Agatha dirigió la mirada a Oprovana, quien asintió de forma sumisa en saludo.
Por su parte, Melorrill riéndose aún más, encendió su reloj holográfico y lo proyectó con calma.
"Víctor luchó bastante bien, cumplió su parte del trato y se contuvo a mi rango, pero incluso con eso no pude vencerlo." Dijo Félix Quiroga y riéndose mientras agitaba su cabeza, anunció. "Hasta llevé a Su Majestad para que se enfrentara al Cóndor Emperador, queriendo utilizarlo como una oportunidad, pero al final perdí y ahora cumpliré la parte del trato."
Una sonrisa animada, ojos alegres y un rostro bastante golpeado, pero orgulloso ante su perdida honesta.
Félix Quiroga parecía un hombre diferente.
"¿Entonces de verdad tenían un trato?" Preguntó uno de los periodistas y calmándose, dudó. "¿Se subordinará al Emperador Víctor?"
"Un trato es un trato. Creo que Víctor podría haber sido más agresivo… Yo si tuviera su poder lo haría, pero fue justo y yo he perdido." Respondió Quiroga y suspirando, comentó. "Como un perdedor cumpliré mi papel y me subordinaré al Emperador Víctor."
La sorpresa se extendió entre el equipo de cámara y el mismo periodista que lo estaba entrevistando.
¿Un trato? Agatha simplemente agitó su cabeza.
Las personas que respetarían un trato y lo cumplirían eran muy bajas en número en este mundo y de la misma forma, siempre se subordinaban a alguien en el que confiaban.
El Rey Demonio Aniquilador era un ejemplo de hacer un trato y tras ser el lado perdedor cumplir su palabra, pero hasta ahora solo lo hizo con mayormente con su esposo Antón, que era también tenía ese lado 'honrado'.
Esto era todo lo contrario.
"Tengo mis propios choques ideológicos con el Emperador, lo admito. Su Majestad Víctor es poderoso y debería buscar la unificación americana. Tal vez este proyectando en él, pero de verdad deseo ver un gran sueño cumplido." Dijo Quiroga y con una gran sonrisa, comentó. "De todas formas, ambos coincidimos en muchos asuntos. Siendo los dos, grandes soñadores. Mantendré mi lealtad mientras siga soñando en grande."
Con esas palabras la entrevista acabo y decenas de otros titulares televisivos aparecieron.
Por varios canales del mundo y mayormente los canales de Centro y Norteamérica en donde el miedo empezaba a extenderse.
¿El Emperador Víctor trataría de ir por Centroamérica? ¿Buscará unificar el continente americano?
Que Quiroga se haya subordinado con tanta 'buena fe', daba la impresión de que Víctor le había hecho algunas promesas y si alguien preguntaba sobre ese hombre, entonces encontraría que le disgustaba bastante el país del norte americano.
"¿Entonces crees que se mueva y unifique toda América? Si busca lo mismo que yo creo, entonces entre más grande sean sus tierras mejor será su 'base'." Dijo Melorrill y sin ocultar su gran sonrisa, murmuró. "A diferencia de ti."
Una sonrisa encantadora y ojos rojos que la miraban con diversión.
¿Seguía molestando con lo mismo? No, no era que ese tema le importara, solo entendía que no le agradaba hablar del tema y por eso insistía buscando molestarla.
"Miles de años de vida y pareces actuar como una niña." Dijo Agatha agitando su cabeza con 'decepción'.
"Tú pasarás por lo mismo. Cuando llegues a un punto te darás cuenta de que la 'edad' solo es un número." Respondió Melorrill encogiéndose de hombros y sin contener su sonrisa, murmuró. "Además, has estado hablando recientemente con alguien que actúa como una niña, ¿no? Puedo oler el fuego primordial en ti."
Los ojos de esa mujer se volvieron rojo fuego al igual que su cabello que mostraba rastro de arder.
¿No decía que había pasado su 'etapa' de pirómana? Seguía el fuego como una polilla la luz.
"¿Qué es lo que sucede contigo Oprovana?" Preguntó Agatha mirando a la mujer que había venido con esa excéntrica 'elfa'.
No le importaba los planes de ese niño en América y tampoco le importaba lo que sucedía en ese continente y más ahora que todo había terminado.
Si se volvía loco y buscaba destruir el mundo o cualquier estupidez de ese estilo, ella tendría que ir a matarlo o encerrarlo, pero mientras supiera mantenerse, podía seguir con sus planes.
No deseaba ver otro Malik Zamora, pero a la vez no era la maldita guardiana de este mundo y no iba a cargar con el trabajo de encargarse de este lugar.
Ahora su mirada fue directa a Oprovana, quien estaba actuando más sumisa de lo que debería y lo hizo con el deseo de cambiar de tema.
"Mi Señora le envía sus saludos y respeto. Dice que si desea algo puede pedirlo y 'Ella' buscara cumplirlo." Dijo Oprovana con un ligero saludo de etiqueta Terranovense y manteniendo su mirada, agregó. "Lamentablemente es demasiado perezosa para venir a este lugar y se disculpa por su condición."
La expresión de Agatha se volvió seria y a la primera que dirigió su mirada fue a Melorrill quien estaba sonriendo como si fuera normal.
"¿De verdad la obligaste a rezar a esa clase de entidad?" Cuestionó Agatha con una expresión fría.
Dejar suelta a Melorrill era un problema por ser demasiado errática, pero incluso ella tenía límites siguiendo las órdenes de no causar problemas.
Sin embargo, ahora que escuchaba que alguien le envió saludos, pero era 'perezosa'… Era imposible no identificar qué clase de individuo era.
"¿Qué? No. Respeto las creencias de mis conocidos." Respondió Melorrill y sonriendo mientras señalaba a Oprovana, añadió. "Solo seguí tus órdenes de relacionarme con ella y como conocía un poco sobre su devoción, le dije lo que necesitaba para obtener respuesta."
Le había pedido a ella y a Xezor que se acercaran a Oprovana para luego encargarse del tema de las tierras pakistaní que no estaban en manos de la India y que estaba en medio de las tierras sin ley.
No deseaba otra zona sin ley y necesitaba que alguien se encargara de las fronteras de esa zona, pero no esperaba esta situación.
Oprovana cuando recibió su mirada asintió, dejando ver que creía en una deidad infernal a pesar de que ni siquiera le respondía… De cierta forma era una devoción bastante pura.
El problema era que no solo ella era 'devota', sino que la misma existencia que adoraba lo era y una vez que esa existencia se enteró de algunas verdades, envió sus 'saludos'.
"No sé lo que desea de mí, pero si puedo ayudarla. Lo haré y conmigo la Sociedad de Nigromantes." Informó Oprovana con una voz llena de fanatismo.
¿Cuántos años no hubo respuesta de su objetivo de adoración? Ahora seguramente con el aviso de Melorrill y su relación con esa gran existencia, todo cambio.
Al menos no vino personalmente… Agatha destacó eso y lo hizo porque había fanáticos más locos.
"Solo haz lo que deseabas hacer. ¿No deseabas tener tierras? Pakistán puede ser tuyo mientras sigas algunas reglas de la iglesia y cooperes sanamente con la India." Dijo Agatha y con calma, precisó. "Eso es todo lo que requiero de ti. En cuanto a la persona que mando saludos, devuélvelo de mi parte."
No importa cuánto la India deseará recuperar partes de sus antiguas tierras, no lo iban a hacer debido a que su Bestia Santa era muy estricta con lo que consideraba su territorio.
Eso llevo a que la India estuviera preocupada de tener una tierra sin ley en su frontera que podría ser arrasada en cualquier momento.
Si bien podían utilizar al ejército, la Bestia Santa representaba la protección de toda la India y nadie deseaba invertir en tierras en donde esa protección no llegaba.
Todo cambiaria si otra fuerza deseaba extenderse a esa zona y mientras se llevará un acuerdo sano entre la India y esa fuerza, era posible solucionar ese problema.
En este caso, Oprovana representando a los nigromantes y a su gente, era la mejor fuerza para quedarse en esas tierras y protegerlas.
Si bien esa mujer era llamada Reina Demonio, solo lo era debido a que era una nigromante, realizaba experimentos que ante ojos normales eran turbios y de paso tenía un gran ejército de no-muertos, ni hablar de que adoraba a una existencia infernal.
Pero fuera de eso, era alguien bastante tranquila.
"Entiendo y gracias." Dijo Oprovana con calma.
La respuesta de Agatha fue agitar la mano de forma indiferente.
¿En cuánto al saludo que envió de vuelta? Solo era una muestra de respeto de la misma forma que esas existencias lo mostraban.
Al menos enviaron su saludo a ella y no a su esposo o a sus hijas… ¿Qué sentirían si supieran de quién era el saludo?
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Caminando por la ciudad Zerzura, Aurora observó su reloj holográfico para ver en donde se ubicaba su objetivo.
Su hermana estaba a su lado, siguiéndola con una bolsa de papitas en manos y en silencio.
Estaba por conocer a la persona que debía guiar por el bosque mágico y ella solo suspiró ante la idea de que su padre quería que se distrajera.
"Si no fuera porque pasas tan desapercibida, creería que tú tienes algo que ver con lo que busca padre." Dijo Aurora mirando de reojo a su hermana, quien inclinó la cabeza de forma inocente.
Ella era bastante guapa, pero la forma inocente que inclinaba su cabeza no solo resultaba encantadora, sino que… Realista.
Su expresión tembló ante esa descarada forma de mentir y Alice dio una sonrisa entretenida.
"Tal vez solo quería escapar del trabajo." Murmuró Alice, encogiéndose de hombros sin ocultar su sonrisa.
Estaba mintiendo, pero la forma tan descarada que lo hizo, solo causó que Aurora volviera a suspirar, tratando de ocultar su pequeña sonrisa.
Sabía que había estado preocupando a las personas a su alrededor y también entendía que lo que había visto en Sudan fue pesado.
Que la culpa por no haberse movido antes siguiera, solo llevó a que todo pareciera más pesado… Y eso afectaba su estado mental.
Agitando su cabeza sin pensar en el tema, se movió a su objetivo.
Una bar-restaurante en donde lo estaría esperando el invitado de su padre.
Este lugar era nuevo y pertenecía a una franquicia de restaurantes subsidiaria de la Empresa Apicius y cuando entraron pudieron escuchar bastante ruido alrededor de la entrada de la cocina.
Un restaurante en donde los chefs preparaban la comida delante de los comensales… Lo más interesante era que estaba diseñado de tal forma, que los olores de comida no se mezclaban a causa de las barreras independientes.
No obstante, ahora solo había alguien alrededor de la cocina mientras los comensales observaban.
Alice se interesó de inmediato y Aurora se adelantó al área, mientras escuchaba algunas risas provenir de la multitud alrededor.
"Exploro el mundo en busca de buena cocina. Desde visitar ruinas antiguas o encontrar culturas diferentes, todo por la comida. ¿Qué? ¿No me creen? Algunos buscan artefactos y grimorios antiguos que ocultan secretos y grandes poderes, otros esperan que una receta olvidada salga al aire." Dijo un hombre de baja estatura que estaba detrás de la cocina y con una sonrisa, añadió. "Al final siempre se busca tesoros."
No, no era un 'hombre', era un 'enano'… Aurora parpadeó y no pudo ocultar su sorpresa.
Las historias de enanos, elfos y otras razas siempre le parecieron cuentos, pero ahora era diferente... Terra nova estaba conectado a este mundo y los terranovense estaban llegando a este mundo.
Había visto por televisión a miembros de esta raza que estaban ganando notoriedad, pero verlo de cerca fue algo bastante diferente.
Ese enano era corpulento y su complexión fuerte, con el cabello negruzco y una barba larga trenzada, causó que la gente lo reconociera de inmediato.
Ahora llevaba el delantal de chef, que estaba encantado con una barrera superficial alrededor de su cuerpo, permitiendo que no se quemara o que su cabello no cayera a la comida.
Estaba charlando con los comensales mientras cocinaba diferentes platos al mismo tiempo y ese enano al verlas, las reconoció y se acercó con una gran sonrisa.
"Perdón por no esperarla de forma más decente. El chef principal me invitó a cocinar unos platos terranovense y no pude negarme." Dijo el enano y sacándose los guantes de cocina, dio su mano y cuando ella la recibió, anunció. "Urfin Jadegrog. Entusiasta de la comida, gourmet por afición y terranovense de nacimiento."
Saludando a ese enano y sintiendo que la mirada de Alice se intensificaba ante un 'compañero' de gustos, Aurora dudó por un momento.
¿Su padre deseaba que ella se distrajera o que su hermana disfrutara? Al final, no pudo evitar sonreír.
Conocer a alguien de otro mundo no era algo de todos los días.
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