Jueves 30 [09:30 a.m.].
Érica miró la hora y parpadeó.
Se quedó cinco minutos mirando el techo de su habitación y al final se terminó dirigiendo al baño.
En ese lugar se lavó el rostro, mirándose en el espejo.
Nada.
Reflejada en el espejo se encontraba una joven elegante de largo cabello rubio y si antes tuvo una pizca de orgullo y altivez, ahora llevaba un toque de madurez.
Sin embargo, no se podía ver ninguna emoción… Érica no sentía ninguna emoción.
La batalla de ayer se sintió como una mentira.
Cuando terminaron de curar a sus compañeros, todo el grupo volvió a la mansión y todos se durmieron como si lo que hicieron fuera un completo sueño.
Ahora se sentía como un completo sueño.
Ayer ella acaba de asesinar a un humano por primera vez.
En el calor del momento lo hizo… Érica no podía asimilarlo.
Sentía tantas emociones en ese momento, que eran difíciles de describirla y parecía incapaz de entenderlas a todas, logrando que no pudiera entender nada.
En esa situación difícil de describir era en donde en este momento se encontraba.
"Iré a desayunar." Murmuró Érica con un suspiro para sí misma.
Tal vez trataba de evitarlo, pero no deseaba pensar sobre ese tema.
Abandonando su habitación bajó usando un portal y llegó a la sala.
En ella se encontraba Clémentine mirando la televisión.
"¿No puedes dormir?" Preguntó Érica con curiosidad.
Clémentine al igual que ella, también asesinó por primera vez.
Érica creía que era por la misma razón que su compañera estaba despierta tan temprano luego de una agotadora batalla.
"No, estoy emocionada." Respondió Clémentine y al ver que Érica la miraba, dio una sonrisa.
Levantando su mano una fuerza intangible atrapó el cuerpo de Érica y levantándola por el aire, la acercó a donde ella estaba
"Estuve estabilizando mi energía psiónica." Comentó Clémentine y con una sonrisa media avergonzada, agregó. "Solo quería alardear."
Érica no pudo evitar dar una sonrisa.
A diferencia de ella, Clémentine parecía no tener ninguna preocupación y estaba en su mejor condición posible.
Tal vez porque se había convertido en un Rango A y a la vez se deshizo de todas sus dudas.
¿Eso era lo que ella necesitaba?
Evitando otra vez el tema en su mente, Érica se sentó al lado de su compañera y alguien que podría llamar amiga.
No podía negar que estaba celosa por el progreso de Clémentine, pero también estaba impresionada y orgullosa de ella, dándole fuerza para lograr lo mismo.
¡A los dieciocho años se había convertido en un Rango A!
El talento de Clémentine era extremadamente admirable y su futuro parecía ilimitado.
Lentamente, los miembros del grupo de Akira bajaron con expresiones agotadas y llenas de calmas y tras saludar, se retiraban a encargarse de sus propios asuntos, dejando una sala tranquila.
El único sonido era de la televisión encendida y Érica que observaba distrayéndose en el programa, vio a Leslie y Nicole apareciendo por un portal.
"¿Cómo se sienten?" Preguntó Clémentine al verlas llegar.
Nicole, Leslie y Andrés se llevaron la peor parte de la misión asalto.
Andrés se encontró en una posición en la cual casi terminó muerto, mientras que Leslie sufrió un golpe del luchador que la dejó fuera de combate.
En cuanto a Nicole, ella fue la que sufrió el peor daño.
Luego de la misión los curanderos de la iglesia tuvieron que arreglar varios huesos que se habían fracturado o quebrado, por el golpe y el impacto en el pilar.
"Cansada, aunque en excelente estado." Respondió Nicole animadamente y mirando al grupo, su expresión se volvió seria y bajando su cabeza en disculpa, murmuró. "Ayer me falto habilidad para protegerlas. Lo siento, como una luchadora debería haber estado al frente para protegerlas."
Su tono llevaba una gran seriedad y un gran peso, sin embargo, fue mirada como una 'idiota' por las demás.
"Es lo más estúpido que he escuchado." Dijo Clémentine sin poder evitarlo.
Para ser alguien que siempre actuaba calmada y con tranquilidad, esta vez fue la primera vez que fue tan directa y nadie la criticó por su reacción.
"Nunca he estado más feliz de tener una compañera como tú." Dijo Érica honestamente.
Nicole fue la primera en recibir un golpe y soportando el dolor, se volvió a levantar y como si fuera poco, logró golpear a su enemigo.
Esa joven luchadora que había estado ayer al lado de ellas, era muy diferente a la joven que entró en la academia y siempre se veía tímida y nerviosa.
Nicole fue extremadamente valiente protegiendo a sus compañeras sin dudarlo y apoyándolas con todo lo que tenía, arriesgando su vida.
Era inútil decir que le faltaba habilidad cuanto se enfrentaron a un luchador de Rango A que las atacó con sorpresa, siendo todos Rangos B.
"Lo hiciste genial. Mejor que yo, que caí con un solo golpe." Dijo Leslie agitando su cabeza decepcionada con ella misma.
La armadura que siempre llevaba Leslie fue lo que la ayudó a soportar el daño del golpe, no obstante, el impacto fue suficiente para hacerla perder la conciencia.
Llevando a que después no pudiera apoyarlas.
"No necesitan decir nada de eso. Ayer todos hicieron un buen trabajo." Anunció Clémentine y con una suave sonrisa, añadió. "Creo que debemos centrarnos en ese punto."
Reflexionar sobre sus errores para que no volvieran a suceder, estaba bien y era más, Érica creía que era lo mejor reflexionar sobre las equivocaciones.
Sin embargo, estaba mal, suponer que cometieron solamente errores durante esta misión.
Ellas se enfrentaron a un luchador de rango A cuya fuerza era temible y con un historial criminal peligroso, en ese tipo de situación cada miembro del grupo actuó de la mejor manera que pudo.
Y al final todo termino bien, ya sea suerte o no.
Las palabras de Clémentine calmaron a Nicole y luego todas, desayunaron con cierta lentitud única.
Tras unos minutos, Oscar llegó a la sala.
"¿Pueden poner el canal de noticias? Hoy darán el informe por parte de las autoridades." Dijo Oscar con un tono interesado.
El grupo asintió y como no estaban viendo nada, Érica cambió al canal de noticias.
Faltaba unos minutos para el informe de las autoridades, y el noticiero estaba describiendo las noticias que llegaban de Kenia.
Sin nadie al mando de las fuerzas del Terror Somalí algunos individuos fuertes de Rango A, han querido tomar el control, pero debido a las fuerzas del Señor de Mombasa nadie pudo lograrlo.
Aunque algunos lunáticos seguían oponiendo, las fuerzas del Terror Somalí estaban siendo diezmadas o subyugadas por las fuerzas de Señor de Mombasa.
Como se trataba de un canal local, ellos estaban bien informados sobre la situación de Kenia.
Al final, mencionaron que los expertos predecían que el conflicto terminaría en unas semanas completamente.
Entonces dieron pie a la conferencia.
Realizada en una gran sala de conferencia, se podían ver decenas de periodistas participando.
A pesar de ser una conferencia de emergencia se encontraban bastantes periodistas no solo de Zerzura, sino que de otros países.
Sin demorarse entraron tres personas y se pararon al frente de la sala.
Érica conocía a dos de ellos.
El hombre de piel oscura, era el Ministro de Zerzura que había visto en el desfile y acompañada a su lado, estaba la Cardenal Brousseau que era imposible no reconocer.
Luego estaba un hombre de cabello blanco canoso, que llevaba un traje elegante una sonrisa llena de calma en su rostro.
"Como deben haber escuchado, las fuerzas de Zerzura han participado en el conflicto de Kenia. Sin embargo, no solo hemos enviado algunos soldados a apoyar al Señor de Mombasa, sino que el mismísimo General McLean y las fuerzas especiales del ejército se han encargado del Terror Somalí y otros individuos de gran importancia como es el General Kavuri, bajo su mando." Explicó el Ministro directamente, tras dar un saludo casual.
Sin necesidad de ir con vueltas, fue directamente al punto logrando que los murmullos se extendieran entre los periodistas.
Y esas mismas personas, fueron silenciados cuando el hombre que llevaba el título de ministro levantó su mano, acallando los murmullos.
"Desestabilizando una zona como lo es Kenia, cuando nos estamos recuperando de nuestro trágico pasado no puede ser aceptado por Zerzura. Nosotros somos refugiados y con el apoyo de millones de personas creamos una hermosa ciudad. Lamentablemente, Zerzura no tiene la fuerza para abrir sus brazos a que todo el continente prospere a nuestro lado. Sin embargo, tenemos la fuerza para detener a aquellos que buscan detener el progreso y la recuperación." Anunció el Ministro y observando las cámaras principales como si le estuviera hablando a los ciudadanos de la ciudad, añadió. "Eso hicimos."
Esos ciudadanos que antes eran refugiados conocían la tragedia de perder sus hogares, vivir en regiones en guerra, en donde la corrupción era algo común.
Ellos conocían lo que era sobrevivir en esas regiones.
Conocían la dificultad de vivir un día 'más', en un lugar en donde los señores de la guerra se levantaban luchando entre ellos, sin importarle los inocentes.
Esas personas que vivían en la próspera ciudad de Zerzura, no se olvidaron de sus orígenes y de sus dificultades para llegar a donde ahora se encontraban.
Ayudar a que todo el continente prospere o extender el área de influencia de Zerzura a otros antiguos países lejanos, sería una tarea que requería cantidades exorbitantes de dinero.
La Ciudad Zerzura a diferencia de cuando inicio que dependían económicamente de la Empresa Apicius para que desarrollarse, en la actualidad gozaban una independencia económica.
Sin embargo, no era hasta el punto de que pudieran extenderse aún más.
"Trajimos calma, enviando al General McLean y a diferentes Coroneles junto a fuerzas especiales para encargarse de detener al Señor de la Guerra el Terror Somalí que había desestabilizado Kenia en una guerra sin sentido y había permitido que sus fuerzas armadas realizaran actos crueles y desalmados. Como lo es el secuestro de inocentes para realizar un ritual por parte del General Kavuri, subordinado del Terror Somalí." Informó el Ministro y con una expresión más aliviada, añadió. "La misión ha sido un éxito. Aquellos que protegen Zerzura nunca nos han fallado y hemos logrado eliminar al General Kavuri y capturado al Terror Somalí."
Si bien se había informado en Kenia que el Terror Somalí y algunas de sus principales Generales, habían sido atacados y desaparecieron en un ataque relámpago, en realidad no sabían que fue la Ciudad Zerzura.
Ya que el Reino de Madagascar gobernado por su Rey, también tenía una fuerte capacidad ofensiva y a pesar de que los rumores mencionaban que no le gustaba intervenir en asuntos fuera de su isla, algunos asumían su intervención.
"Apoyar al Señor de Mombasa, permitirá que un nuevo país nazca de las cenizas y ruinas de áfrica. Nosotros solo esperamos que esa nueva nación, pueda curar las heridas de nuestro pasado y pueda levantar un mejor futuro para su gente." Declaró el Ministro con un tono de anhelo y esperanza que todos los espectadores sintieron y compartieron.
Entonces empezaron las preguntas de los periodistas sobre los objetivos de la misión y algunas veces pidiendo más detalles sobre el ritual.
"Supongo que nosotros debemos ser esas 'fuerzas especiales'." Murmuró Oscar con una sonrisa y con un suspiro, agregó. "Es una lástima que revelar nuestras identidades puedan crear problemas para nuestro gremio. Esta es una buena publicidad."
Érica no supo qué responder.
Ciertamente, si su gremio fuera uno que participaba en este tipo de actividades y creaban una imagen en ese sentido, podría haberse convertido en una muy buena publicidad.
Sin embargo, el gremio 'Tormenta Helada' se encargaba de diversas tareas relacionadas con la limpieza de islas infestadas por criaturas o en la protección de esas islas, junto a la limpieza de mazmorras.
Un tema muy diferente.
Mientras miraban con extrañeza a Oscar, dirigieron la mirada de vuelta al televisor.
Un periodista le había preguntado a la Cardenal Brousseau sobre la participación de la Iglesia en esta misión.
"Como ya saben la Iglesia del Tiempo y el Espacio es neutral, sin embargo, esa neutralidad desaparece cuando se trata de asuntos relacionados con vidas inocentes y rituales inhumanos." Informó la Cardenal Brousseau y mirando al periodista, precisó. "Esta vez que el Terror Somalí fuera permisivo con individuos que perpetraban tales actos, sobrepaso todo tipo de neutralidad que podemos sostener."
La Cardenal Brousseau dio una mirada solemne y llena de seriedad, que no concordaba con la anciana que Érica había conocido durante la misión arca.
"El 'Tiempo' puede ser indiferente, pero nosotros a veces no podemos." Añadió la Cardenal, luego de algunos segundos de silencio.
Aunque el Dios del Tiempo y el Espacio podía ser indiferente, ellos como simples mortales, no podían.
Esas eran las palabras ocultas en su pequeño comentario y esa era la realidad.
Los miembros de la Iglesia del Tiempo y el Espacio adoraban a su dios y aunque algunos de ellos lo respetaban, en realidad no había ningún dogma y nadie evitaba que los sacerdotes o paladines hablaran o criticaran a su propio dios.
Atenerse a sus designios era la única tarea encomendada por ese Dios, cuya mitología de Terra Nova decía que representaba la omnisciencia.
En lo demás, ellos debían seguir ciertos principios básicos y podían organizarse como desearan.
Mientras no contradijeran esos principios y sus designios, ese dios seguiría respondiendo a sus oraciones y prestando parte de su poder para sus adoradores.
El periodista que hizo la pregunta asintió de forma simple y otro levantó la mano.
"Mi pregunta está dirigida al CEO de la Empresa Apicius, James Wiley." Dijo el periodista mirando al anciano de cabello blanco canoso y al ver que este último le daba la confirmación para que continuara, preguntó. "¿La Empresa Apicius apoyó o incentivó la realización de esta misión, por su lado caritativo o simplemente por las ganancias que podía conseguir?"
Las cejas de Érica temblaron ante esa pregunta tan polémica.
"Kenia es un lugar en donde se encuentran áreas de recursos importantes y por lo que entiendo, la Empresa Apicius tiene conexiones con diferentes gremios asentados en ese lugar. Gremios cuyos negocios empezaron a ir negativamente desde que el conflicto comenzó." Relató el periodista dando un contexto y a la vez pie para razones secundarias.
Tal vez la Empresa Apicius no quería perdidas y fue por tal razón que incentivó la Ciudad Zerzura para que se moviera, encargándose de solucionar sus problemas.
Como la Empresa que se decía que era la controladora de Zerzura, esa era una posibilidad que el periodista dejó en evidencia.
"Por ganancias por supuesto." Respondió el anciano con un tono simple y al ver que había bastantes personas sorprendidas, explicó. "Somos una empresa, no una organización caritativa. Nuestro objetivo principal es y será obtener ganancias, en cuanto a la caridad… Esa tarea se encargan las organizaciones a la que donamos cientos de millones de dólares."
Una respuesta dura y directa, que hizo que todos los periodistas lo miraran bastante incrédulo.
Los estudiantes se miraron entre ellos y no encontraron la manera indicada para reaccionar.
Había decenas de formas para responder a esa pregunta o si era necesario pasar de esa pregunta, pero la respuesta que ese hombre dio fue nada más que sorprendente.
Érica no había conocido al CEO de la Empresa Apicius y desde que llegó solo escuchó que la empresa siempre apoyaba todo tipo de misiones.
Encargarse de enviar camiones y prestarle apoyo en la misión Arca, luego contratar un grupo para que los apoyaran contra el General Kavuri.
Era muy difícil creer que lo realizaba tales acciones por 'ganancias'.
Sin embargo…
"Eso no significa que en el proceso no podamos aliviar la situación de otras personas. Al ayudar en Kenia estabilizamos nuestros negocios y aumentamos nuestras ganancias, pero también ayudamos a que las vidas de los residentes de ese lugar mejoren." Añadió el anciano y mirando a los periodistas, anunció. "Somos una empresa centrada en los alimentos, y para sobrevivir necesitamos que las personas sigan viviendo para que compren nuestros productos."
"…"
Era difícil averiguar si el anciano estaba bromeando o estaba hablando seriamente, sin embargo, el periodista se quedó en silencio y se permitió que pasaran otra pregunta.
"¿No tendrán problemas con esa respuesta?" Preguntó Leslie con curiosidad.
¿La respuesta era buena o mala?
Eso dependería de cada persona.
Que vean a sus compradores como 'individuos' que necesitaban mantenerlos vivos para que compren su productor… No había duda de que era extraño y por su tono era difícil decir si lo había dicho en broma.
En las redes podría convertirse en furor y ganar críticas, obteniendo una imagen negativa.
"A mí me pareció divertido." Respondió Oscar con una sonrisa y al ver que el grupo la miraba, explicó. "Cuando se estaba construyendo Zerzura, todos hablaron de que sería una pérdida de dinero enorme y la empresa terminaría en bancarrota. Ahora la empresa puede enfurecer a todo el mundo y todavía podrían revolcarse en una mar de billetes."
En ese momento ellas eran adolescentes que todavía estaban en la escuela y por lo general, no le prestaban atención al mundo de los negocios.
Aun así, algunos canales de noticia bromeaban que la Empresa Apicius se convirtió en una organización caritativa al apoyar la construcción de una ciudad en medio del continente más peligroso de todos.
Rodeada tanto de bestias mágicas como de señores de la guerra problemáticos.
Ahora no solo estaban en una relación comercial con ese bosque mágico cuyos recursos eran invaluables en el exterior, sino que los señores de la guerra fueron desapareciendo uno por uno, hasta el punto en que ellos se convirtieron en la mayor influencia del continente.
A los que criticaban podían decirle que apoyaban esas acciones por dinero en vez de porque deseaban, ya que al final las criticas siempre la tuvieron.
"En cuanto a los accionistas… Aceptaron construir una ciudad en medio de un continente arruinado y peligroso, apoyando a ese hombre que llevo al éxito tan encomiable objetivo. Dudo que tengan críticas al hombre que los hizo más rico de lo que eran." Añadió Oscar encendiéndose de hombros.
Si Érica veía el resultado entonces tenía que admitir, que fue una sabia decisión apoyar a ese hombre y más cuando la empresa se convirtió en un gigante en el mundo de los negocios.
Luego de la conferencia, los dirigentes invitaron a aquellos que deseaban una mayor información que leyeran el comunicado oficial, que se publicó.
Por su parte, los estudiantes siguieron desayunando con tranquilidad, hasta que Aurora y Alice llegaron desde el sótano, dando la impresión de que recién terminaban de trabajar.
"La práctica de la academia terminará mañana. Les daré sus notas para que se preparen para volver a sus casas y tomarse un tiempo para descansar antes de que las clases vuelvan a comenzar." Informó Aurora y mirando detenidamente al grupo, agregó. "Si tienen algo de lo que hablar, nosotros estaremos para ustedes. No como sus 'sus superiores', sino que como sus compañeras y amigas."
Si bien todos los demás se daban cuenta de que estaban a fin de mes y que la práctica estaba por terminar, Érica tembló ante las últimas palabras de Aurora.
Llegaron al final de las prácticas que las cambió de múltiples maneras.