— Bien Taehyung, una más y terminamos — esbozó el chico que tenía una cámara en su mano, disparando el flash hacia el pelirrubio.
En silencio tomo un par de fotos más y luego soltó la cámara, está cayó tirando de la cinta que colgaba en su cuello para sostenerla.
— Terminamos por hoy —.
El rubio sonrio con cinismo antes de ir al camerino a comabiarse.
— Como te encanta sobre explotar a mi chico — se quejó el moreno con gracia fingida, observaba las fotos de Taehyung proyectadas en la pantalla.
— V es una joyita — musito con simpleza.
— El no es un objeto, recuérdalo — con el semblante serio miro al fotógrafo.
— Solo fue un alago.
— Pues evita decir ese tipo de alago, a él no le agradan — inmediatamente respondió.
En un silencio incomodo el chico comenzó a observar las fotos de igual manera que el moreno a su lado, detallando cada rincón de estas. Su favorita sin dudas era en la que el chico estaba frente al espejo con vaho que el formaba en el, la observo detenidamente amando el rostro del menor.
— Listo Daddy ya podemos irnos — la voz del menor resonó en el cuarto sobresaltando a los dos hombres que estaban detro.
— ¿Cuantas veces tengo que decirte que no me llames de ese modo? — con calma se enderezo y se encamino al más bajo quedando tan cerca de aquel.
— No debería de molestarte — susurro para ellos dos — después de todo, no está tan lejos de la realidad ¿o sí? — sus alientos choco contra el cuello del contrario.
— Soy tu manager y tú hyung ¿dónde está mi respeto? — apretó su mandíbula manteniendo la mirada seria e inclinándose un poco para quedar a su altura.
— ¿Que respeto? — escupió molesto.
— Mira mocoso insolente, gracias a mi tienes para alimentar ese vanidoso cuerpo tuyo, no tengo ganas de discutir una mierda, así que pon a caminar ese valioso trasero que tienes — musitó mientras salía al pasillo — o no te quedara de otra que irte en taxi.
Acato la orden y siguió al mayor. Sabía que si no hacía caso, Namjoon se iría sin él. Taehyung odiaba los taxis, el moreno lo sabían de sobra. Se subieron al land rover color negro partiendo al nuevo hogar del menor.
— Hola ¿Cómo estás? Ye-jin Ahjumma — saludo el más alto, una vez que ambos entraron a la casa.
— Hola señor Namjoon — respondió con amabilidad la mujer de mayor edad — señor Taehyung, bienvenidos — se inclinó enfrente de ellos.
— Ya está acomodado todo en su lugar señor, también está todo limpio —.
— Gracias — sonrió mostrando sus hoyuelos el de cabello castaño.
— Es tú trabajo hacerlo, ¿no? — Alzó una ceja — ¿Dónde está Yeontan? — no le importo ocultar su poco interés en ser amable.
— Yeontan está en el patio — resoplo mirando el suelo.
El rubio salió al patio y comenzó a jugar con su mascota, mientras Namjoon se sentó en el sofá frente al ventanal, se situó los lentes que llevaba y comenzó a revisar el correo en su iPad.
— Perdónalo, él debe de estar cansado — dijo mientras fingía leer.
— Si claro, siempre está cansado —.
— Eres la única que soporta su mal humor — Dejo su iPad en el sofá y se dedicó a mirar al chico de sonrisa cuadrada, su mirada no se despegó de él.
— Además de ti. No comprendo cómo es que lo aguantas tanto. Yo solo lo veo un par de horas, pero tu, lo vez prácticamente todo el día.
— Debe ser porque tengo paciencia de sobra — sonrió mostrando sus hoyuelos y acomodo sus lentes.
— Me gustas — la timidez con la que lo dijo le pareció tan tierno.
— ¿Que? — el mayor sabía que sucedería algún día, juro estar preparado.
— Estoy enamorado de ti — bajo la cabeza.
— Taehyung, sabes que no podemos estar juntos — pero se equivoco, no estaba lo suficientemente preparado para decírselo al menor.
Un sonido del jardín impacto contra el ventanal e hizo que el mayor se asustara mirando en esa dirección.
Había sido Taehyung, lanzó una pequeña pelota de Yeontan que pudo impactar en su cabeza si no fuera por el vidrio entremedio.
— Desearía tener tu paciencia multiplicada por dos — le respondió mirando al menor quien los observaba con seriedad ignorando al pequeño canino saltando a su alrededor.
—Cobarde, eso es lo que es Kim Namjoon—.
— ¿Te quedarás a cenar? — entró el chico con el perro.
— ¿Quieres que cene contigo? — levantó una ceja.
— Porque no — se encogió de hombros mientras se acercaba a la isla y se sentaba en el taburete con cojín blanco.
— Ahjumma, ¿Que hay para cenar? —.
— Prepare kimchi — respondió mientras se acercaba a la cocina.
Namjoon se puso de pie sentándose al lado de Taehyung. Su celular comenzó a sonar justo en aquel momento, no le quedó de otra que enderezarse y descolgar el celular para ir al patio y hablar.
Taehyung se dedicó a observar cada gesto que hacía mientras hablaba, él no se veía feliz. Parecía estar quejándose, se rascaba la cabeza y descansaba su dedo pulgar e índice en el puente de su nariz, asta que sus miradas chocaron. Susurro un pequeño —Adiós— y colgó para entrar nuevamente a la sala.
— Me tengo que ir — hablo con frialdad mientras tomaba sus cosas.
— ¿No te quedarás a cenar? — se quejó el menor.
— Ella acaba de decirme que me quiere para la cena —.
— Aa... claro, ve con ella — desvío su mirada del moreno.
— Dijo que pasaba mucho tiempo fuera de casa, tiene razón — se excusó.
— No tienes que justificar — resoplo.
— Yo quiero hacerlo —.
— Solo vete — rodo los ojos y le dio la espalda.
Oyó los pasos cada vez más lejos, la puerta abrirse y cerrarse de un tirón, no pudo evitar mirar. Ahora solo eran Ye-jin, Yeontan y el.
— La cena esta lista — anunció la anciana feliz.
— Se me fue él hambre — se puso de pie — ordena este desastre y vete a casa, tu trabajo termino —.
— ¿Que hago con la comida? —.
— Que se yo, ingéniatelas — se encogió de hombros sin ánimos y fue a buscar a Yeontan tomándolo en brazos — asegúrate de que quede todo cerrado y apaga las luces —.
Otra noche solo.
Realmente espero que les guste