Justo después de finalizar el evento, Davi fue al laboratorio. Aún estaba dentro del cubículo cuando oyó unas voces que hablaban sobre ella.
—¿Sabes qué? Me pregunto qué le pasa a la madre de Shin...
—Sí, ¿también lo notaste? Aunque sus ojos están cubiertos por una máscara, sé que nunca sonrió. Me pregunto qué pasa con ella. No sonrió ni una vez en todo el día.
—Es lo que te estoy diciendo. Su hijo es un genio adorable y ella sólo lo abrazaba, sin sonreír.
—Sí... Si yo fuera ella, estaría irradiando orgullo y sonriendo todo el tiempo por tener un niño genio como él.
—Tienes razón, tienes razón. Sin importar el motivo, como madre, debería al menos sonreír y mostrarle a su hijo que es feliz.
—¿Cierto? Se ve perfecta y hermosa, incluso con esa máscara, pero... Ah... Me pregunto si a su hijo le molesta eso.
—Seguro que sí. Después de todo, es un genio. No es como nuestros hijos tontos...
—Es es cierto.