章 934: Aquellos que pueden matarme aún no han nacido

El sol en verano era abrasador y ardiente, pero no trajo la más mínima incomodidad a Tang Xiu. Al contrario, se sentía tranquilo y cómodo oliendo la brisa del mar. Se sintió particularmente satisfecho a pesar de que acaba de entregar un antiguo manual de cultivo, dos botellas de píldoras y la cabeza del Dragón Dorado.

El perro de jade era el objeto que había estado buscando con urgencia. A partir de ahora, ya había obtenido el buey de jade, el tigre, el dragón, el conejo, el mono y el gallo. Combinado con el perro de jade, tenía siete piezas de tallas de jade del zodíaco. También había obtenido el paradero del cerdo de jade, que estaba en posesión de Singkuo, el hermano mayor de Singluen del clan Dark Shaman. Además, Miao Wentang también parecía haber recibido la noticia sobre otra pieza de talla de jade del zodíaco.

"Ya era hora, jefe."

Zhang Jue se acercó más cerca e informó respetuosamente.