Anteriormente, Tang Xiu ya había paseado por los cobertizos dentro y fuerza y ya había memorizado las piedras que quería comprar. Después de observar más, sin embargo, se enteró que el precio de esas piedras no se podía negociar. Solo podía comprarlas o ir a otro lugar si no estaba de acuerdo con el precio. Pero podía negociar por los materiales de jade que salía de las piedras en bruto.
—Hola, Jefe, quiero estas dos piedras.
Después de que Tang Xiu llegó a un cobertizo cercano, apuntó hacia las dos piedras que inspeccionó antes, y el precio total de estas dos piedras en bruto era 28000 yuanes. Después de pagar al pasar su tarjeta bancaria, luego buscó a un conductor de carrito y puso las piedras en el carrito.
—Sr. Tang. —Xue Yu caminó con pasos de loto y se acercó relajadamente hacia el frente de Tang Xiu. Sus ojos barrieron por el carrito mientras sonreía ligeramente y decía: —Sr. Tang, ¿le gusta apostar en piedras?