Con una ola de emociones, Wang Baole bajó la Espada Jadeíta comprimida y empezó a refinar el segundo artefacto Dhármico. En el proceso de refinamiento, no detuvo su cultivación de la técnica de la Nube Etérea. Meditó y practicó la técnica todos los días, lo que lo permitió construir Espíritu Qi, al igual que descansar.
Cada ciclo que terminaba le permitía rejuvenecer su mente. También sentía que el hilo espiritual dentro de su cuerpo se hacía más fuerte cada día, en especial al refinar las Piedras Espirituales requeridas. Mientras la semilla devoradora se agitaba, era obvio que su velocidad al absorber Espíritu Qi había incrementado de manera significativa. La aparición de la niebla a su alrededor, junto con el hecho de que activó el 100 % de sus meridianos, causó que su velocidad de cultivo excediera por mucho la de los otros.