Sheyan miró al enemigo frente a él con determinación, e incluso con una pizca de desconcierto. Ya no tenía otros pensamientos en su mente. Para sobrevivir a esta situación de muerte segura, lo que necesitaba era coraje, persistencia y un poco de suerte.
Si todavía tuviera otros pensamientos en mente en esta situación, ¡solo estaría cortejando a la muerte!
Hay un dicho que dice que no estás viviendo si no vives locamente. Sheyan definitivamente estaba cerca de un estado de "locura" en este momento. Sus ojos solo vieron la punta de la daga que sostenía Hakeem, su corazón estaba tranquilo.