Su Wenqu deseaba en verdad alcanzar la Cuarta Etapa y poder montar una espada voladora. De esa forma, podría haber rescatado fácilmente a ese pequeño hermano del vehículo de entrega urgente.
—¡Esto es malo! ¡El sitio de ahí delante es precisamente donde se reúnen esos cultivadores sénior! —Dijo Su Wenqu con preocupación.
Si los cultivadores al frente fueran de Daoístas, budistas o académicos de escuela, les daría igual que un mortal irrumpiera en su territorio por error. A lo sumo, borrarían sus recuerdos.
Pero si fueran cultivadores de una escuela demoníaca o de monstruos, Sima Jiang podría estar en peligro.
Su Wenqu dio rápidamente la vuelta a su bote solitario y fue tras Sima Jiang.
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En ese momento, los sénior del Grupo Número Uno de las Nueve Provincias ya habían notado que Sima Jiang y su vehículo de entrega urgente se dirigía a toda velocidad hacia la Plataforma de Resolución de Disputas.