Song Shuhang tomó de vuelta su licencia de piloto privado de las manos de la auxiliar de vuelo y dijo.
—Haré mi mejor intento.
—Déjennos pasar, por favor —en ese momento, los preocupados Gao Moumou y Tubo forzaron su camino a través de la multitud y llegaron a un lado de Song Shuhang.
Gao Moumou bajó su voz y preguntó.
—Shuhang, ¿qué está sucediendo?
—Alguien tiene que intentarlo, ¿no lo crees? —Song Shuhang dijo. Él nunca hubiera esperado que el avión en el que estaba sentado tuviera un accidente. Él era un simple cultivador de Primera Etapa y no tenía medios para volar. Si el avión chocara, él terminaría de la misma forma que los otros pasajeros, muerto y sin un lugar de entierro.
Ante esa contestación, Gao Moumou y Tubo solo pudieron sonreír amargamente.
Después de guardar su licencia de piloto privado, Song Shuhang se dirigió hasta la cabina de control. Al mismo tiempo, él preguntó a la auxiliar de vuelo.