Luego que Xiao Yan despidiera a Han Xue de una limpia habitación de invitados en el patio del Clan Han, él cerró la puerta y suspiró de alivio. Honestamente hablando, él realmente no deseaba involucrarse en el asunto entre el Clan Han y el Clan Hong de no ser por Han Xue y Han Yue. Claro, la razón por la que decía eso naturalmente no era refiriéndose personalmente a Han Yue y Han Xue. Aunque ambas eran excelentes mujeres, él no era una persona cuya mente estuviese gobernada por otra parte de su anatomía. Naturalmente, él jamás tuvo esos pensamientos.
—Luego de observar a Hong Chen desde la distancia, él ciertamente tiene gran fuerza. Podría ser arrogante, pero es tal como han dicho los demás. Ese tipo ciertamente posee la capacidad y el capital para ser arrogante —Xiao Yan se acercó a la cama antes de sentarse de piernas cruzadas sobre ella. Su rostro revelaba una expresión de estar pensando profundamente.