Huo Chen desató la adrenalina dentro de él mientras la presionaba contra la pared rosada, extendiendo su brazo para agarrar el de ella. Preguntó con fuerza: "¿Por qué no lo admites?"
"¿Qué carajo te pasa?" Karina giró la cabeza y se negó a tener contacto visual con el hombre ridículo, pero Huo Chen la agarró por la barbilla y se volvió hacia él, cara a cara.
Examinó su rostro, todavía hermoso pero ya no lleno como antes. Sentimientos encontrados lo atraparon cuando su tono se volvió más sombrío, "Obviamente eres ella, ¿por qué no lo admites?"
"¡Déjame ir! ¡Maníaco!" Karine se retorció frenéticamente dentro de su abrazo. Sus palabras, su expresión, dolieron, como un cuchillo cortando el corazón de Huo Chen. Algo se rompió dentro de él. Su anhelo por ella explotó después de haber estado inhibido durante tanto tiempo que la miseria de ser rechazado, la agonía de no ser recordado y el desconcierto de la aparente verdad activaron el interruptor en su mente.