Yun Tianyou regresó a su cama, se acostó con su manta y levantó el pequeño pero intrincado marco de fotos de la mesita de noche. ¡La foto había sido tomada en el parque de diversiones al que había ido hacía unos días atrás!
Presionó el marco firmemente sobre su pecho y se durmió en silencio.
A la mañana siguiente.
Después de que Yun Shishi se despertó y se lavó, fue al comedor y vio que su hijo ya había dejado el desayuno sobre la mesa. Yun Yecheng rápidamente la saludó. ―¡Shishi, buenos días!
―¡Papá, Youyou, buenos días!
―Mami, date prisa y desayuna.
El muchachito tomó una silla, y con una reverencia de caballero, la invitó a sentarse.
Se rio de sus payadas mientras ocupaba el asiento.
Se acercó a su lado y le preguntó con una sonrisa:
―Mami, ¿dormiste bien anoche?
Su pregunta la asustó.Recordó aquel beso de la noche anterior, cuando un rubor apareció en su rostro, ella contestó: ―¡Ajá! ¡Tuve un placentero descanso!