Ella soltó un grito y se apresuró en dirigirse a la habitación. Incluso se tiró al suelo para mirar debajo de la cama. ¿Estaba jugando a las escondidas para asustarla como castigo por no haber vuelto a casa en dos días?
Aún no lograba encontrarlo.
De pronto estaba un poco asustada. Corrió al balcón y miró hacia abajo con pánico, mientras se afirmaba de las barandas. Cuando vio que abajo no había nada extraño, se calmó un poco.
Su teléfono estaba destrozado, así que lo único que podía hacer era llenar su mente de pensamientos tenebrosos. Había buscado en todos los recovecos de su hogar, pero aparte de ella no había nadie más.
Estaba asustada por completo. Regresó a la sala de estar y vio un celular en el suelo en la esquina de la mesa. Caminó hacia allá y lo recogió. Apenas notó que Youyou había cambiado su teléfono por un smartphone.
Aún se encontraba perpleja cuando vio una nota en la mesa.