Uno tras otro, los invitados se juntaban en la escena, agitados por la curiosidad. Los sabuesos de los medios de comunicación también fueron atraídos por la conmoción.
El clima era tenso.
Muchos de ellos querían ver a Yun Shishi hacer el ridículo.
Yun Na, con su cara pálida, abrió los ojos con cuidado para mirar. Yun Shishi la miraba fijo con una expresión fría que nunca había visto. Quedó atónita, ya que su hermana adoptiva era por lo general dulce y gentil y nunca le daría una mirada mortal. Yun Na dio un paso atrás por miedo.
—Herma…
¡Salpicaduras!
Antes de recuperar su compostura, Yun Shishi se acercó a ella e, inclinando su muñeca, vertió el vino de su copa en la cabeza de Yun Na.
Goteo...
El líquido helado la empapó.
La gente suspiró, sorprendida por el espectáculo.
Yun Na no estaba preparada para que su dócil e indefensa hermana de pronto tomara represalias mojándola con el vino enfrente de toda esta gente.