Antes de que pudiera terminar su pregunta, su cara se puso roja y se atragantó con su arroz. Él le pasó tranquilamente un tazón de caldo caliente y le acarició la espalda de manera tranquilizadora, mientras intentaba limpiar su garganta de arroz residual.
Tuvo que tomar tres tragos del caldo antes de poder tragar la comida con dificultad. Miró a Youyou, quien parecía saber algo.
¿Por qué hizo esta pregunta de la nada? ¿Detectó algo...?
Vio lo asustada e indefensa que estaba y le dirigió una sonrisa tranquilizadora; él no sabía nada.
¡Ella se golpeó la frente con horrible realización!
Cuando Youyou era mucho más joven, solía hacerle esta pregunta. Ella le había mentido para satisfacer su curiosidad, pero ya no podía recordar lo que le había dicho en ese entonces.
Si su respuesta era inconsistente con la de antes y aún recordaba lo que ella había dicho en ese momento, ¡descubriría que ella le había mentido!