La palabra "querido" lo dejó un poco estupefacto, pero al ver el rostro avaro de Lin Che, él volvió a la normalidad.
"Todo por el dinero. Esta Lin Che, ¿no podía mostrar un poco más de humildad?".
—Hablo en serio. No le diría a ni una sola alma si provocaras un incendio o cometieras un asesinato. Después de todo, estamos en el mismo bote, ¿no? —agregó Lin Che emocionada.
Gu Jingze la miró.
—Tengo ganas de estrangular a alguien hasta la muerte, pero por cosas de leyes y ética, no puedo.
—¿Ah? No puedes ser tan violento. ¿Quién te inspiraría a querer hacerlo?
Su mirada la recorrió entera.
Sin importar lo tonta que Lin Che fuera, ella entendió rápido. Era ella…
Sabía que su existencia había evitado que Mo Huiling y él estuvieran juntos, pero no había necesidad de albergar tales pensamientos malos acerca de ella.