Lu Xinyi se despertó al día siguiente un poco dolorida pero en el buen sentido. Ya era por la tarde cuando decidió salir de su cama, se duchó y se encontró con su marido en su estudio. Lo encontró sentado frente a su escritorio y trabajando en los documentos que Qiao He trajo del Grupo Shen.
Como ella se quedaba en casa, Shen Yi decidió trabajar en casa para acompañarla durante sus dos semanas de descanso de la academia.
—¿Estás ocupado? Voy a salir —dijo mientras le rodeaba los hombros con sus brazos y le besaba la mejilla.
Shen Yi hizo un sonido «hm», reconociendo su presencia. Le gustaba como ella olía. Su olor siempre era suficiente para reconfortarle.
—¿Saliendo otra vez como Lu Feiran? —preguntó y le levantó una ceja.
—Sí —confirmó Lu Xinyi. Pasó un dedo bajo su barbilla de forma seductora, haciendo que Shen Yi se viera obligado a mirarla fijamente.