El viejo hombre se rió nervioso. Solo quedaba una porción de cheesecake de arándanos y la orden se pidió al mismo tiempo. Li Yuren se dio cuenta de cuál debía de ser el problema.
—Perdón, pero solo queda una porción —se disculpó el viejo hombre con Lu Xinyi y Li Yuren.
Lu Xinyi giró para mirar a Li Yuren, quien rápido dejó de mirarla.
—Puede darle el cheesecake a ella. Yo en su lugar voy a llevar el panecillo de crema y arándanos. —La voz barítona de Li Yuren no le afectó para nada al viejo hombre. Miró rápido a Lu Xinyi y vio que el rostro se le iluminaba. Ella le sonrió y le agradeció.
—El cheesecake de aquí es el mejor de la ciudad ¿No lo probaste? Disculpa si yo no rechazaría la oferta y me llevaría la última porción.
—Hm. —Una respuesta clásica de Li Yuren. Su subalterno, Long Feng, contuvo la risa detrás de la mano, con la que se estaba tapando la boca. Era tan entretenido ver como el jefe estaba interesado por una mujer.