Esa voz albergaba autoinculpación, albergaba culpa y albergaba dolor. La tristeza y las lágrimas incrustadas en ese sonido provocaban malestar en quien lo escuchaba.
Desesperación. Desesperación palpable.
Cuando Yu Lili escuchó la voz de Ou Ming, sus pasos se detuvieron en la entrada.
La puerta estaba entreabierta, y desde el ángulo en que Yu Lili estaba parada, podía ver la cama de Ou Ming.
En la cama del hospital estaba sentado Ou Ming con las piernas cruzadas. Su cara estaba enterrada entre sus piernas y su cabeza estaba vendada. Desde la posición de Yu Lili, todo lo que podía ver eran las orejas de Ou Ming.
Incluso su mano izquierda estaba atada con un yeso.
Los padres de Ou Ming estaban de pie junto a su cama. Jiao Ziqing estaba apoyada en el hombro de su esposo, su espalda temblaba por los sollozos aunque no se escuchaba ningún sonido.