—¡Idiota! No debe haber carne en un cangrejo tan pequeño —Li Jianqian miró al pequeño cangrejo y se burló de Li Jianyue sin piedad.
—¡Tú eres un idiota! —gritó la niña.
—No lo soy. Tú lo eres.
—No lo soy. ¡Dasu sí!
—¡Ersu lo es!
—¡Dasu lo es!
Los dos niños discutieron. Li Mosen sostenía el cangrejo pequeño y jugaba con él. De repente, puso el cangrejo frente a Li Jianyue, haciendo que la niña gritara y se olvidara de luchar contra Li Jianqian. Emocionada, jugó con el pequeño cangrejo con Li Mosen.
—¡Cariño, ven! —gritó Li Sicheng en la distancia.
Su Qianci lo escuchó y le hizo un gesto con la mano. Se dio la vuelta y les pidió a los niños que devolvieran el cangrejo. Ellos se pusieron los zapatos y caminaron hacia la parrilla donde estaba Li Sicheng.