En el baño, Su Qianci no pudo evitar sentirse nerviosa al escuchar el sonido de la ducha. "Respira profundo. Inhala; exhala...".
Cuando Li Sicheng salió de la ducha, el solo tenía una toalla alrededor de su cintura. Era su costumbre. Y nunca se secaba demasiado bien. Su pelo negro rizado todavía goteaba, y su piel bronceada brillaba de forma seductora bajo la cálida iluminación.
¡Muy sexy!
Sonrojándose, Su Qianci pasó junto a él y se metió a la ducha. Se limpió por dentro y por fuera como nunca antes. Después de que ella terminó de ducharse, se puso loción para el cuerpo. Pero, pensando en la posibilidad de que Li Sicheng le lamiera la piel, se limpió la crema.
Recordando cómo habían fracasado en llegar a ese momento las últimas veces, Su Qianci no pudo evitar sentirse nerviosa. Respiró profundo frente al espejo y al final salió del baño sintiéndose nerviosa. La luz era tenue. La sábana blanca tenía a alguien debajo. Era Li Sicheng...