No importaba lo inteligente que fuera o la suerte que tuviera, era imposible que Su Qianci saliera ilesa de esas circunstancias. En ese momento, ni siquiera Li Sicheng sería capaz de protegerla. Tang Mengqing tenía curiosidad por saber lo que le pasaría a Su Qianci después de ese día. Sunny no se percató de la mirada de Tang Mengqing en absoluto y siguió hablando con Su Qianci.
Pero Su Qianci había captado el profundo y evidente resentimiento en los ojos de Tang Mengqing. Su expresión reflejaba claramente que había hecho algo terrible. ¿Era el pintalabios de verdad una trampa?