Los estudiantes empezaron a cuchichear cuando vieron que Su Qianci se disponía a salir.
—La universidad de Kingstown no puede soportar noticias negativas como estas. Ahora todo el mundo acusa a la universidad, así que no hay manera de que la dejen seguir estudiando aquí.
Su Qianci escuchó las interminables charlas, dejó el libro que tenía en la mano sobre la mesa y escuchó al rector decir:
—Recoja sus cosas y sígame a mi despacho.
Al decir esas palabras, la clase se convirtió en un caos. Sintiendo las miradas de odio, el corazón de Su Qianci se hundió. Mientras seguía al rector, Su Qianci se dio cuenta de que no iban a su despacho, puesto que la estaba llevando abajo.
—Rector Wang, ¿su despacho no se encuentra arriba?