En ese momento, fuera del Emperor Hotel, dentro de un cierto Bentley negro, Mu Yuchen y Zhou Zimo estaban sentados uno al lado del otro en el asiento trasero. Zhou Zimo tenía una laptop en su regazo y estaba mirando su pantalla de manera divertida. Captó cada una de sus expresiones, desde Gu Lingsha hasta Doris, mientras Mu Yuchen se sentaba con una expresión apática a su lado. Mu Yuchen miró la pantalla sin entusiasmo, y al instante siguiente bajó la mirada y se arregló casualmente las mangas.
—Doris es bastante atrevida. Ella tampoco le dejó dignidad a un hombre como Gu Qiwu. Mira la cara de Gu Qiwu. ¡Ah, qué miserable! ¡Está todo hinchado! ¿Cómo puede Gu Qiwu soportar eso? Si fuera yo, ¡habría devuelto la bofetada! ¡Siempre he tenido tolerancia cero con la violencia doméstica!