El abuelo y la nieta charlaron un rato. Había pasado mucho tiempo desde que los dos conversaron ociosamente de esta manera.
Shen Yue estaba charlando muy feliz mientras sacaba algunos recuerdos memorables de la infancia de Xi Xiaye. Ella sólo sonreía mientras escuchaba. Finalmente, cuando estaba tan cansado que no podía mantener los ojos abiertos, ella lo convenció para que se durmiera.
Shen Yue finalmente había dado luz verde, causando que Xi Xiaye se sintiera sobre la luna. Sacó su teléfono del bolsillo para enviarle un mensaje a su padre, Xi Mushan.
—Padre, la determinación es algo maravilloso. ¡Mientras no te rindas, todavía hay esperanza! El abuelo me acaba de decir que espera que a ti y a madre les vaya bien juntos. Al ver su sonrisa aliviada, me siento contenta también.
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