—¿Cómo qué?
Xi Xiaye no entendió de inmediato su significado, inmediatamente se volvió hacia él y le preguntó, pero justo cuando dijo eso, al instante se dio cuenta de quecayó en una trampa. Rápidamente, ella agitó su puño hacia él. —¡Pareces una cosa! ¡No, espera, eres un don nadie!
—No te muevas. ¡Estoy aplicando la medicina!—el Sr. Mu la sujetó y dijo suavemente—. Consideraré que esta vez tienes conciencia de ti misma. Tu coeficiente intelectual y tu índice de respuesta aún se pueden salvar, pero tus trucos…
Cuando ella lo escuchó decir eso, de repente se quedó en silencio y lentamente retiró su mano. —Es solo que mis trucos fueron un poco despreciables y vergonzosos, ¿verdad? —luego bajó la mirada y de repente no volvió a hablar.