—¡Ja, ja! Tanto tiempo sin verlo, señor Suyass... —Cuando Suyass apareció, Lin Yun supo que el alquimista de mediana edad podría seguir viviendo, por lo que lo saludó con una sonrisa mientras suspendía la Llamarada y retiraba su Encarnación Elemental.
—Merlin, ¿cómo es que estás aquí? —Suyass miró la escena, atónito.
Pero reaccionó con rapidez, miró a Lin Yun, que sonreía, y al alquimista transpirado y enseguida comprendió.
Al suponer lo que había pasado, a Suyass le empezó a doler la cabeza.
Estaba seguro de que se había desatado una pelea; hasta un tonto se hubiera dado cuenta.
La batalla no era tan importante, el problema era quién luchaba con quién...