Mientras Gao Peng navegaba por Internet, en ocasiones desviaba la mirada para ver cómo estaba Boba. Su razón para hacer lo que estaba haciendo era endurecer a Boba para que fuera más valiente, no para asustarla hasta la muerte.
Al principio, Boba estaba muy nerviosa. Continuaba dando vueltas en círculos, se mareaba después de dar dos vueltas, luego descansaba por un rato, se levantaba y continuaba girando en círculos. Ya que la pequeña todavía tenía la energía para seguir girando en círculos, Gao Peng decidió ignorarla.
Después de un rato, se acercó y encontró a la figura verde de aspecto familiar debajo de la hierba. Su color le permitía integrarse perfectamente en su entorno. Sus tentáculos estaban arriba y descansaba, soltando ocasionalmente un suave ronquido.
Gao Peng no pudo evitar admirar su capacidad para dormir en tales condiciones.