El Arconte Nievedeseda y todos sus Emperadores Eternos estaban aturdidos y en un estado de incredulidad. ¡Habían estado acostumbrados a ser figuras exaltadas por incontables años y a despreciar a los Señores Dao! Había una diferencia cualitativa entre los emperadores y los Señores Dao y el abismo de poder entre los dos era tan grande como la brecha entre el cielo y la tierra. Desde tiempos inmemoriales nunca había habido un Señor Dao en la cúspide del poder en los Territorios Sin Fin.
¿Qué significaba estar en la cúspide del poder? No significaba que eras necesariamente el más fuerte, sino que no necesitabas temer a nadie.