La esencia de la sangre del Autarca beneficiaría enormemente a los linajes de la raza Eónica. Para los cultivadores normales, este árbol que Ji Ning acababa de quitar no era más que un árbol que daba cosechas de fruta más grandes de lo normal. Para los Eónicos, sin embargo, ¡la esencia de sangre del Autarca valía más de diez millones de ciclos de caos de fruta! Era algo que no podían permitirse perder bajo ningún punto de vista.
—No tiene sentido hablar demasiado. Nuestro joven amigo Norte Oscuro ha pasado las pruebas, lo que significa que lo protegeremos. Si quieren actuar contra él, pasen las pruebas —dijo fríamente el líder dragón marino.
—Si quieren pelear, comencemos. De lo contrario, lárguense —rugió el líder caballo.
El Emperador Ancho y los demás estaban furiosos, pero no había nada que pudieran hacer. Ning y Polvonueve dejaron escapar suspiros de alivio.
—Parece que no hay nada que puedan hacernos —dijo Polvonueve con una sonrisa.