El laboratorio de Leylin se había transformado en un enorme laberinto de espacio infinito. Unos cuantos calderos ardían con el fuego insaciable de la fuerza de origen.
La poderosa energía, vertida en la enorme formación de hechizos en el centro, estaba restringida por muchos grilletes formados por leyes.
En el centro de esta formación de hechizos había una enorme piscina, que contenía a la Fuerza de Origen del Paisaje de Ensueños, en forma líquida. Sólo una gota de ella podría enloquecer a los demás seres de la ley.
Se veía una débil silueta negra en el centro de la piscina, absorbiendo con avidez la energía circundante y la fuerza de origen, mientras irradiaba un aura vagamente aguda y mortal. Parecía que una criatura gigante y cruel de tiempos prehistóricos yacía allí, dormida.