*Drip, drip…*
El estanque de magma dorado seguía burbujeando e hirviendo. Las numerosas piedras de fuego disparándose contra ellos finalmente se detuvieron.
Solo entonces Linley y los demás soltaron suspiros de alivio
De repente, las piedras destrozadas que habían sido rotas en docenas de piezas en el suelo flotaron en el aire. Todos se volvieron cautelosos, preparados para bloquear en cualquier momento. Pero estas piedras levitaron y volaron hacia las paredes a cada lado, fusionándose en esos agujeros profundos. Después de una vibración, las paredes de la cueva volvieron una vez más a la normalidad.
Era como si esas rocas atacando no fuesen más que un sueño.
—Whew.
El grupo de Linley soltó suspiros de alivio.