La Diosa de la Verdad había confinado la Fuente Divina, haciendo que el Príncipe de las Sombras fuera incapaz de revivir. Esta vez, Marvin había resuelto uno de sus mayores problemas para siempre. Se había sentido incómodo desde que el Viejo Ent del Concejo de Aves Migratorias le había informado que una fuerza oscura estaba robando el Poder de la Naturaleza. Glynos no había muerto y tan solo se había hundido en un sueño supuestamente interminable.
Si hubiera elegido permanecer oculto en lugar de reaparecer, Marvin nunca habría sido capaz de encontrarlo. Estaría a la deriva a través del universo ilimitado. Marvin no era un mago, así que ¿cómo iba a encontrarlo?
No habría habido manera de que Marvin le impidiera esconderse y acumular fuerzas. Afortunadamente, después de que el Dios Dragón Negro atacara a Marvin esta vez, Glynos había pensado que sería una buena oportunidad, lo que le hizo abandonar su hibernación para apresurarse.