Cada alma en los Botes de Candelas iba estaba firmemente atada a su bote. Era imposible llevarse estas almas por cualquier medio normal. Y aparte del Libro de Nalu, Marvin no llevaba un Recipiente de Almas consigo. Después de todo, no era un Nigromante. Aunque llevaba todo tipo de artículos misceláneos, no podía cubrirlo todo.
Tras obtener el consentimiento de Jay, rápidamente abrió el Libro de Nalu y absorbió su alma en él. De repente, ¡sonó una alarma desde el muelle! Todos los ocupados Segadores se sorprendieron cuando sus miradas convergieron en ese barco vacío.
Una silueta había saltado rápidamente, ¡dejando el río oscuro y dirigiéndose a la orilla! La reacción de los Segadores no había sido lenta, sin embargo, para cuando trataron de perseguirlo, Marvin ya había desaparecido...
Al llegar a la base de una colina, Marvin lo dejó salir.