Como era de esperarse, las noticias se difundieron rápidamente en todas direcciones.
Los primeros en llegar fueron funcionarios de algunas ciudades de la Costa de Pampo, así como aventureros y algunas potencias.
Luego fue el Desierto del Santo, seguido por las Torres de los Tres Anillos, Ciudad Acero y otras caras desconocidas de las regiones centrales. Todos empezaron a ir hacia Montaña Rocosa. Esta era una situación extraña.
El territorio siempre había sido visto como una tierra estéril, un lugar al que nadie estaba dispuesto a ir. Pero esta vez, debido a la Orden de la Fuente de Fuego, muchas personas vinieron hasta aquí.
La mayoría de ellos no sabía lo que significaba una Orden de la Fuente de Fuego, pero inevitablemente algunos sabios apoyaban lo que hacían.
La Orden de la Fuente de Fuego era la última esperanza en tiempos de desastre.