Huo Mian: —...
—¿Qué pasa con la cara larga? Solo te estoy molestando…
Las lágrimas corrían por el rostro de Huo Mian sin parar. A pesar de que Huo Siqian era un tipo malo y una vez le deseó la muerte, no podía soportar tener que verlo morir frente a ella.
Ella era doctora y sabía que, la muerte era inevitable. Sin embargo, no podía soportar ver a una persona que conocía morir lentamente frente a ella. Para ella, esa sería una de las cosas más crueles del mundo.
—Mian, háblame y no me dormiré...
—Está bien, hablaré contigo. —Huo Mian estaba sollozando y ni siquiera podía hablar correctamente.
Porotito miró a su mamá hablar con el gran tipo malo. Ella no se atrevió a llorar en este momento. También estaba sorprendentemente tranquila.
—Mian, recuerdas cuando te condenaron a muerte... ¿Sabes lo que estaba pensando en ese entonces?
—No. —Huo Mian negó con la cabeza.