Sin embargo, Huo Siyi no pareció apaciguar su ira con esa puñalada, así que apuñaló la pierna de Huo Siqian otra vez.
—¡Basta, Siyi! —Ruan Qingqing lo detuvo justo a tiempo.
—No podemos matarlo todavía. No hemos conseguido lo que buscamos. —Ruan Qingqing miró tranquilamente a Huo Siqian.
Sólo cuando Ruan Qingqing abrió la boca, Huo Siyi se detuvo...
A Huo Siqian no parecía importarle sus heridas. Dio un suspiro de alivio cuando miró a Huo Mian y vio que estaba bien.
En ese momento, Huo Mian se agitaba en complicadas emociones. Sabía que Huo Siqian agitaba a propósito a Huo Siyi por su bien.
Cada vez que Huo Siyi quería lastimarla, Huo Siqian agitaba intencionalmente a Huo Siyi para llamar su atención.
Sin embargo, el precio que tuvo que pagar fue demasiado...
Honestamente, Huo Mian no tenía miedo de que Huo Siyi la desfigurara. Ella estaba bien, siempre y cuando las gemelas estuvieran a salvo.