—No te preocupes. Están conmigo. —Huo Siyi se rió, bastante orgulloso de sí mismo.
—Por favor, no les hagas daño. Yo soy la que buscas. —Huo Mian estaba muy preocupada por sus hijas.
—No te preocupes... tienes razón, estoy detrás de ti.
—¿Cuánto dinero quieres? Te daré el dinero siempre y cuando prometas no lastimar a mis hijas. No puede faltar ni un pelo o te mataré.. —Huo Mian comenzó a amenazar a Huo Siqian.
—Será mejor que averigües en qué posición estás. Tus hijas están conmigo, así que yo estoy a cargo. No estás en posición de amenazar o negociar conmigo... No sé si perderán un pelo o dos. Lo que sí sé, sin embargo, es que si no siguen mis órdenes, se quedarán con dos cadáveres... —Huo Siyi amenazado.
—Huo Siyi, te lo ruego. No los mates... Todavía son jóvenes. Son inocentes. No tienen nada que ver con esto... Me odias para poder vengarte de mí. Haré todo lo que digas.