—No seas tan codicioso. Volví para vengarme, así que el rescate no es el objetivo principal. Estoy aquí para recoger lo que me pertenece por derecho... No dejaré a Huo Siqian y Huo Mian libres tan fácilmente... No sólo quiero su dinero sino también a ellos.
—Huo Mian, debería ser fácil. Tenemos a sus hijos aquí, así que seguro que vendrá... Huo Siqian podría ser más difícil. Su guardia está en lo alto que es casi impecable... —dijo su subordinado con una cara sombría.
Por el contrario, Huo Siyi sonrió malvadamente.
—No se preocupe. Tengo una forma de lidiar con Huo Siqian. Vendrá de buena gana.
El tiempo pasó lentamente. Antes de que pudieran llegar a casa, Qin Chu y Huo Mian habían perdido a los gemelos.
Perder a las gemelas fue un gran shock para ellos. Huo Mian estaba preocupada de que su hermano y su madre estuvieran demasiado preocupados, así que decidió no decírselo todavía.
En el hospital, estaba débil y tenía un grave dolor mental.